Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

jueves, 29 de septiembre de 2011

ASTA Y ZOUD

En Julio del 2010 ascendimos los picos de Astazus desde Pineta. Fué una excursión dura pero muy bonita que me trajo muchos recuerdos. La ruta es sencilla y por buen camino. Sólo un corto tramo de la cresta del Petit Astazu presenta algun problemilla. Las vistas imponentes. Y se hacen dos tresmiles...


GRAN Y PETIT ASTAZU DESDE PINETA


Fecha
VERANO, Sábado 24 de Julio 2010
Asistentes
Encarna, Enric
Zona
Valle de Pineta. Pirineos Centrales. Huesca
Inicio ruta
Aparcamiento de la Zona de Acampada del Valle de Pineta
Final ruta
Recorrido
Aparcamiento-Balcón de Pineta-Lago de Marboré-Collado Swan-Gran Astazu-Collado Swan- Pequeño Astazu- Collado al N del de Astazu-Lago de Marboré-Balcón de Pineta-Aparcamiento
Noche
No
Horario
Total
11 h 50 min
Efectivo
9 h 10 min
Cota (m)
Mínima
1290 (Aparcamiento)
Máxima
3071 (Gran Astazu)
Climatología
Buen tiempo
Nieve-hielo
Neveros residuales (algunos esquivables) en la subida al collado Swan y bajada del collado Astazu
Desnivel (m) (1)(2)
Ascenso
1845
Descenso
1845
Distancia (Km)(1)
13.7
Dific.Física
Alta (el desnivel es fuerte, pero el buen camino del Balcón de Pineta ayuda mucho)
Dific.Orientación
Baja (hasta el lago de Marboré camino, después la ruta es bastante evidente)
Dific.Psicológica
Media en la cresta del Petit Astazu (tramos aéreos). Resto baja
Dific.Técnica
Media en la cresta del Petit Astazu (PD, corto paso de II+). Resto baja
Material
Alta montaña estival. Los crampones y una cuerda de 20 m pueden ser útiles.
Cartografía
Ordesa-Monte Perdido. 1 :25000. Ed.Alpina
Bibliografía
100 Cumbres del Pirineo Aragones. Itin 52. David Atela.Ed.SUA. 1997
Valoración
Preciosa ascensión a dos tresmiles, algo dura, espectacular pero sin grandes dificultades.
Comentarios
La cresta del Petit Astazu es mas fácil de lo que aparenta.
Track (en formato gpx):

(1) A partir del track con CompeGPS Land.  (2) Considerando variaciones mínimas de altura de 2 m



Ha llovido mucho desde mi primera (y hasta ahora única) visita a los picos de Astazus. A principios de Julio de 1977, Santiago, un servidor (los dos 18 años) y dos medio novietas que nos acompañaban sin intención de hacer montaña, llegamos a Gavarnie en un destartalado Citröen 2CV, con unas mochilas inmensas y la cabeza llena de ilusiones. El mismo día subimos hasta la cabaña de Pailla (1780 m, al pie de la cara N de los Astazus) y plantamos nuestra vieja tienda de lona en los alrededores. Por la noche cayó una fuerte tormenta y entró agua en nuestro refugio, mojándose los sacos y parte del equipo.  El día después salió radiante. Dedicamos la mañana a secar cosas, cambiar la ubicación de la tienda y hacer algunos apaños en la misma para mejorar su impermeabilidad. De no haber llovido habríamos ido al corredor Swan, una canal de nieve y hielo de 500 m de altura y dificultad moderada, que separa las vertientes norte de los dos picos de Astazus. Finalizamos las tareas pasadas las 13.00 h. Era tarde para meterse en una vía de nieve, pero no para hacer una de roca. Así que pusimos en las mochilas las cuerdas y el resto del material de escalada, la cantimplora, algo de comida, ropa de abrigo y partimos hacia el espolón  N-O del Petit Astazu .

La escalada fue bien. Sólo nos perdimos un par de veces. Superamos los numerosos escalones rocosos que forman este precioso espolón a buen ritmo y sin problemas. Eran cerca de las 20.00 h cuando finalizamos los mas de 1200 metros de ascensión (500 de los cuales son de escalada hoy acotada como AD+) y alcanzamos los 3015 m de la cima de Petit Astazu. Ahora tocaba bajar por la vía normal de Gavarnie, un itinerario complicado que desconocíamos por completo. La avanzado de la hora nos hizo ir sin remilgos. Guiados por los hitos y aplicando un instinto montañero que entonces aun estaba bastante verde, nos deslizamos por empinadas laderas de nieve, destrepamos a lo sarrio pasos rocosos y corrimos por donde se podía correr. El famoso y temido pasaje de les Rochers Blancs lo pasamos en penumbra y a toda leche. Llegamos a la tienda cuando se cerraba la noche. Las chicas estaban preocupadas y nos metieron una buena bronca, que nos entró por una oreja y salió por la otra… Después de cenar nos tumbamos en la hierba a mirar las estrellas. La silueta de los Astazus cerraba vista hacia el sur y me sugirió una historia que explique a medida que la improvisaba. Su guión era de lo mas vulgar...

Hablaba de dos hermanos gemelos Asta y Zoud que hace muchos, muchos años, guardaban los rebaños de su padre en las praderas del valle de Gavarnie. A los jóvenes no les seducía la idea de pasar el resto de sus vidas vigilando ovejas. Querían ir a la ciudad y abrirse camino. Pero para eso necesitaban dinero. Su padre, que era viudo desde el parto de sus hijos, no quería prestárselo y les prohibió que abandonaran el valle. Así que pasó lo que tenía que pasar… En una de las muchas discusiones familiares sobre el tema, los chicos se encolerizaron mas de la cuenta, y mataron a su progenitor machacándole el coco con una piedra. Después se cargaron el cuerpo a la espalda y, en medio de la noche, subieron hasta lo alto de un acantilado desde donde lo tiraron con la idea de decir que se había despeñado. Pero la cosa les salió mal. Los druidas de Gavarnie, que por eso de ser druidas se enteran de todo lo que ocurría en la valle, estaban al corriente del tema y decidieron castigar a los hermanos. Buscaron el libro de pócimas mágicas y rápidamente prepararon una. Pero incluso con los magos, las prisas nunca son buenas consejeras. Un rebaño de vacas que estaba en los prados, que por entonces habían mas arriba de la cascada de Gavarnie, quedo convertido en una gran y compleja estructura rocosa, que con el tiempo se llamó la Cresta de los Druidas. El error enfureció aun mas a los magos, que repitieron el  conjuro. Esta vez salió bien… Asta y Zoud miraban al lugar donde yacía el cuerpo desmembrado de su padre y prácticamente no se enteraron. En unos instantes quedaron convertidos en piedra en lo alto del acantilado, cuyo perfil paso de horizontal a tener dos un puntas que con los años se llamaron los picos de Astazu...

No se porque la historia no sentó bien a las chicas, que se asustaron y fueron a dormir.  Santiago y yo permanecimos un rato mas mirando la silueta de la montaña. Hoy habíamos visitado a Zoud (que decidimos era la cima occidental). Mañana esperábamos conocer a Asta…

El otro día salió radiante. Madrugamos, preparamos las mochilas y partimos antes de que el sol iluminara la cima de los Astazus. Las chicas nos despidieron con reparos ya que iban a quedarse solas durante dos días, y la noche les daba algo de miedo… “Tranquilas que son de piedra..” les dijimos mientras que nos alejábamos riendo por el bosque. Si todo iba según lo previsto, haríamos el corredor Swan y la cara norte del Monte Perdido, dos de las estupendas ascensiones en nieve.

A diferencia de la cresta N-O de Petit Astazu, el corredor Swan nos dio bastante guerra. La nieve del embudo inferior estaba muy helada, la rimaya del estrechamiento exageradamente abierta y la banda rocosa de la izquierda (que tuvimos que escalar) cubierta de una fina capa de hielo. Finalmente dejamos atrás esta zona y encaramos el ascenso de la canal uniforme (45-50º) que viene a continuación. Hacía rato que el sol daba en la misma y la nieve estaba resbaladiza. Poco a poco fuimos subiendo turnándonos en la pesada tarea de hacer escalones sólidos con la ayuda de nuestros piolets de mango de madera. Fue un esfuerzo eterno… Alcanzamos el Coll Swan poco antes del mediodía. La subida posterior a la cima del Gran Astazu (oriental) la hicimos como quien dice “con las manos en los bolsillos”. Por fin conocimos a Asta…

La gran cantidad y el estado de la nieve nos hizo desestimar bajar por la ruta normal  hacia el lago de Marboré. Preferimos seguir la larga y entretenida cresta que sale al este desde el Gran Astazu. Pasando por el pico de Tucarroya, la arista nos llevó hasta la brecha y el refugio del mismo nombre donde pasamos la noche. El otro día salió lluvioso. Adiós a la Norte del Perdido, que por separado haríamos años después…Desde la brecha descendimos la empinada canal norte de ucarroya, cruzamos la parte alta del Circo de Estaube y, tras pasar por la Horqueta de Allanz, bajamos a Pailla. Poco antes del mediodía nos reunimos con las chicas que nos dieron un frío recibimiento. Por la tarde paró de llover. Recogimos los trastos y volvimos a Gavarnie vigilados por los dos hermanos de piedra, que tímidamente asomaban la cabeza por encima de las nubes…

Treinta y tres años mas tarde se me ocurrido volver a visitar a mis viejos amigos Asta y Zoud. Mi cuerpo y mi mento no son los de entonces. Pero sigue viva la ilusión por ir al monte, cosa  que en compañía de Encarna hago casi cada fin de semana. Además mi mujer no ha hecho los Astazus, lo que supone un aliciente adicional. Planteamos la ascensión como una incursión “rápida” que haremos en el día desde Pineta. El desnivel es importante, pero como que en buena parte del recorrido hay buen camino, y la ascensión no tiene dificultades técnicas, creemos que podremos hacerla sin grandes problemas. A ver que pasa…

Viernes 23 de Julio. Después de una jornada laboral para olvidar, llego a casa a las 17.45 h. Encarna tiene todo preparado. Veinte minutos mas tarde ya estamos en la carretera. Tras parar en Bielsa a cenar, a las 23.30 h llegamos a Pineta. Dejo el coche en el aparcamiento de la zona de acampada (1290 m). Transformamos el interior del vehículo en dormitorio y acabamos de preparar las mochilas. Poco después de las 24.00 h nos vamos a dormir.

Sábado 24 de Julio. Cuando a las 4.00 h suena la maldita alarma del móvil, no se donde estoy. Necesito unos segundos para tomar conciencia de la situación, darme cuenta de que sólo hemos descansado cuatro horas y que tengo la garganta hinchada. Conclusión, dormir media hora  mas… A las 4.30 h nos ponemos en pie. Recogemos las cosas, arreglamos el interior del coche, tomamos un vaso de leche caliente con galletas… A las 5.10 h empezamos a caminar. La noche es negra como la boca del lobo y nos guiamos por la luz de los frontales.

El cielo totalmente estrellado y el ambiente frío (el termómetro del coche daba 4ºC) presagian un buen día. Sopla una brisa suave que aquí resulta hasta agradable, pero que arriba me temo no lo será tanto. Desde el aparcamiento, seguimos la pista que remonta suavemente por la orilla derecha (orográfica) del valle. Caminamos por el interior de un bosque espeso. La oscuridad rota por el haz de las linternas, los sonidos de los animales y el ruido del torrente, dan una sensación de inquietud. Al cabo de 25 minutos (5.35 h, 1410 m) cruzamos un puente sobre el río Zinca, que con gran estruendo se precipita sobre una estrecha garganta. Continuamos llaneando hasta encontrar a la izquierda varios carteles que indican el inicio de los caminos que van al Balcón de Pineta (lago de Marboré) y a la Faja de la Formosa-Collado de Añisclo (5.40 h, 1410 m). Hasta aquí hemos ido a buen ritmo. Ahora toca poner la reductora. Un breve alto para sacarnos ropa  y hacer unas fotografías. Seguidamente entramos en materia (5.45 h).

Los primeros doscientos metros de desnivel transcurren por bosque. La senda se estrecha al cruzar algunas zonas de matorrales y hay varias zonas embarradas. Aparte de esto ningún problema. En menos de media hora dejamos atrás los árboles y alcanzamos la bifurcación donde se separan los caminos de la Faja de la Tormosa-Collado de Añisclo y del Balcón de Pineta (6.14 h, 1625 m). Ya es de día pero no hay demasiada luz. Nos encontramos en una zona de pedreras, al pie de un enorme muro semicircular lleno de paredes desplomadas y empinadísimas fajas de hierba, que forman escalones entre los que se descuelgan espectaculares cascadas. Con un trazado poco marcado, el camino cruza la pedrera de derecha a izquierda y atraviesa un nevero, que, al estar durísimo, preferimos esquivar. Después se inicia un interminable desfile de zig-zags y alguna que otra travesía que, con astucia e inteligencia, permite remontar la pared con comodidad y menos cansancio del esperado. Durante mas de una hora y media subimos a ritmo tranquilo pero constante. Sólo cuando el sol hace acto de presencia hacemos alguna parada fotográfica. Un centenar de metros por delante de nosotros, dos jóvenes empiezan a pagar el haber empezado demasiado fuerte. Y es que aquí es mas importante la maña que la fuerza, y sobre todo, tener paciencia…

A las 7.55 h cruzamos el torrente que baja por la canal por donde se sale al balcón (2250 m). Los dos jóvenes se han parado y les alcanzamos. Nos dicen que van al Monte Perdido. Pero la hora (demasiado tarde) y el cansancio no están a favor de que lo consigan. Tras beber un poco de agua nos despedimos y seguimos subiendo. Desde abajo la canal de salida parece corta, pero no lo es. Sus 250 metros de desnivel plagados de revueltas se hacen largos. Pero si uno es paciente se sube bien. La parada parece que ha revitalizado a los jóvenes que nos alcanzan pero no nos pasan. Cuando nos detenemos para que nos adelanten lo hacen por compromiso y de mala gana. Nos dicen que iban muy bien a nuestro paso… Los últimos metros son espectaculares. La senda atraviesa una pared rocosa por una repisa de un metro de ancho. Después el terreno se allana. Aparecen la norte del Perdido, el Cilindro de Marboré… Salimos al Balcón de Pineta. Sopla un brisa fría que de momento no resulta molesta. Continuamos un poco mas, hasta un gran hito con un palo del que cuelga un tira de banderolas tibetanas. Y nos detenemos… (8.32 h, 2510 m).

El lugar es fantástico, las vistas soberbias, el día fenomenal, estamos solos… ¿Qué mas se puede pedir? Echando cuentas hemos tardado 3h 22min desde el aparcamiento, paradas incluidas. Un horario ligeramente inferior al que indican las guías. Tras cinco minutos largos de parada y unas cuantas fotografías, reemprendemos la marcha (8.38 h). La senda, siempre bien marcada, nos lleva hacia el oeste entre pedreras y neveros residuales. Después de un tramo inicial llano, incluso en ligera bajada, volvemos a subir suavemente. En algo mas de veinte minutos cruzamos la canal por donde desagua el lago de Marboré, cuya exclusa se encuentra unos metros mas arriba (9.00 h, 2575 m). Aquí dejamos el camino para continuar campo a través, siempre hacia el oeste donde vemos, al final del valle, los dos Astazus. Algún que otro hito y huella de paso nos ayudan a seguir un itinerario tan sencillo como evidente. El terreno, siempre cómodo y sin grandes rampas, contribuye a que el caminar sea cómodo y el avance efectivo y sin errores.

A las 9.25 h nos detenemos para desayunar. Estamos a 2575 m. Mas o menos, a la altura del inicio de la vertiente sur del Gran Astazu, que tenemos a nuestra derecha. Encarna tiene molestias en las rodillas. A mi me sigue doliendo la garganta que noto hinchada. ¡Menudo par…! Acompañamos los bocatas con Iboprufeno (ella) y aspirina (yo). Nos lo tomamos con calma y esperamos que los medicamentos hagan su efecto. Continua haciendo frío. Hemos de ponernos mas ropa de abrigo. También aprovechamos para definir exactamente nuestra ruta.  Finalmente, a las 10.00 h reanudamos la ascensión.

Una espolón rocoso que sube  de derecha  a izquierda (NO) paralelo a la cara sur del Gran Astazu, ofrece una vía lógica para acceder al Coll Swan. Primero vamos por las rocas. Cuando estas se ponen tiesas no tenemos mas remedio que coger un nevero alargado que va por encima de las mismas. El sol ha reblandecido ligeramente la nieve y con cuidado se puede ir sin crampones cuando la pendiente no es suave. Mas arriba el terreno gana inclinación y mantener el equilibrio se hace difícil. Así que paramos y nos ponemos los pinchos (10.22 h, 2851 m).

¡Que bien se va con crampones! Tranquilos y sin prisas atravesamos el nevero que tiene unos 300 m de largo. Nuevo alto para sacarnos los pinchos. Después atacamos los últimos metros de subida hasta el Coll Swan, que alcanzamos a las 11.05 h (2968 m). A la izquierda (O) una cresta estrecha, de aspecto poco claro se dirige al Pequeño Astazu (occidental). A la derecha (O) el trapecio rocoso marrón claro del Gran Astazu (oriental) se alza majestuoso. A nuestros pies (N) se abre un corredor Swan, que casi sin nieve me resulta desconocido. Mas abajo las praderas y los bosques de Pailla, donde acampé en el 1977.

Tras una breve parada iniciamos el ascenso del Gran Astazu. Mas o menos vamos por la cresta, alternado repisas y canales pedregosas con pequeños muros donde a veces hay que apoyar las manos (I). El terreno es fácil, pero al estar muy desecho se ha de ir con cuidado. A nuestra izquierda la pared norte se desploma cientos de metros. A la derecha la empinada vertiente sur es algo vertiginosa. Las horas de marcha se dejan notar. Vamos despacio. Los cien metros de desnivel de la cresta se hacen largos. Finalmente la arista se allana. Poco después llegamos al hito de piedras que señala el punto mas alto de la montaña (11.30 h, 3071 m). Mentalmente saludo a mi viejo amigo, “Hola Asta, ¿como estás…?” Y prosigo.., “Yo ya ves, bastante mas viejo, gordo y cano que la última vez que nos vimos… En cambio a ti te veo igual…”

Permanecemos media hora en la cima con dos chicos vascos que han subido desde el valle de Estaube. Mas abajo, aun lejos, vemos gente que se aproxima. Encarna esta maravillada por el paisaje. Además de las vertientes norte del Perdido, del Cilindro y del Marboré, destacan las vistas de los muros y cimas del circo del Gavarnie. Mas alejadas vemos la Munia, las cimas vecinas del circo de Troumouse, el Robiñera, Vignemale, y muchas, muchas mas… Me desplazo unos metros al este para ver la cresta que va al pico y brecha de Tucarroya, por donde bajé con Santiago. ¡Menuda caña! Y no hablemos del espolón N-O del Pequeño Astazu… Me parece mentira que tuviéramos narices de afrontar semejante recorrido por la tarde. Nos concentramos en la cresta que va del Coll Swan al Pequeño Astazu. Se ve corta, pero también estrecha, podrida y muy aérea. Dicen que hay dos pasos curiosos. Ya veremos…

A las 12.00 h iniciamos el descenso al Coll Swan. Mas o menos lo hacemos por donde subimos. Nos cruzamos con tres personas. Curiosamente la bajada nos parece mas sencilla que la subida. Tardamos un cuarto de hora en llegar al collado donde hay gente descansando (12.15 h). Sin detenernos emprendemos el ascenso del Pequeño Astazu.

La cresta es un conjunto de pequeños sube y baja. El recorrido es precioso y disfrutamos de lo lindo. Hay un par de tramos de arista estrecha y con muchos apoyos mas o menos fiables. Pero la estrella es una repisa estrecha de unos quince metros de largo que queda colgada sobre la cara norte. Su pared superior se desploma y acerca a medida que se avanza, hasta el punto que obliga a sacarse la mochila y pasar a agachado o a cuatro patas. Evidentemente, el pasito, de unos 3 metros de largo, coincide con la zona mas estrecha de la repisa… Con la adrenalina aún rebosando por las orejas, dejamos la repisa (cuya continuación es tan evidente como engañosa) para subir a la cresta por un diedro de unos 5 metros de alto. Los dos primeros metros son verticales y algo escasos de presas (II+), después hay donde cogerse… A pie de suelo este tramo no tendría ningún problema, pero con 500 metros de pared por debajo… Pues eso, que uno se lo mira… El recorrido de la crestecilla nos lleva un cuarto de hora. Una tercera parte del mismo ha sido para hacer fotografías. Y es que el lugar se lo vale… A las 12.30 h alcanzamos la estrecha arista que forma la cumbre del Pequeño Astazu (3015 m). ¡Hola Zoud…!

El acceso rápido y sencillo que tiene esta cima desde un collado situado al norte del Coll d’Astazu (al que se sube sin problemas desde el Balcón de Pineta), hace que encontremos varios grupos de excursionistas. A estos hay que sumar algunos de los que estaban en el Coll Swan, que al vernos hacer la cresta decidieron seguirnos. Total, hay mogollón de personal y poco sitio donde ponerse. Pero no hay problema… Con armonía y buen humor nos vamos turnando para hacernos la foto junto al hito cimero. En poco tiempo el cielo se ha cubierto de nubes grises de aspecto amenazador. “Aun nos mojaremos…” le digo a Encarna. Pero la verdad es que nos importa bien poco. Nos sentimos felices por estar aquí, disfrutando de unas vistas insólitas del circo de Gavarnie que, por si solas, justifican el gran esfuerzo físico que supone esta ascensión…

A las 12.55 h iniciamos el descenso. Seguimos la arista hacia el oeste. Antes de que esta conecte con el último resalte de la impresionante cresta N-O (la que Santiago y yo hicimos por la tarde…) bajamos a la izquierda (N) por una ladera pedregosa. Enseguida alcanzamos el collado que hay al norte del de Astazu (13.05 h, 2988 m). Desde el mismo iniciamos el descenso al Balcón de Pineta. Al principio seguimos una huella de paso balizada con hitos, que evita la nieve cruzando pedreras. Pero caminar sobre rocas es duro e incómodo. Tenemos muchos metros de desnivel por delante y se han de economizar fuerzas. Así que probamos la nieve. Esta algo blanda. Sin crampones y con cuidado bajamos por la misma encadenando neveros. A unos 2665 m, bastante cerca del lugar donde desayunamos, nos detenemos para comer (13.40 h). Parece que las nubes quieren irse y vuelve a lucir el sol. Aprovechamos esta circunstancia para darnos un buen descanso tumbados en la hierba. Cuarenta minutos mas tarde (14.20 h) reemprendemos la caminata. Con ligeras variantes seguimos nuestro itinerario de subida. Encontramos mucha gente que sube o baja. Tras pasar por la pared del lago de Marboré (que coso a fotografías), a las 14.45 h llegamos al Balcón de Pineta. Un breve alto para templar las piernas y encaramos la bajada de 1200 metros de desnivel…

Después de dos largas horas de lento descenso (nuestras piernas no dan para mas), en el que avanzamos a bastante gente (algunos van peor que nosotros) y nos cruzamos con infinidad de grupos nacionales y extranjeros que, estoicamente y a pleno sol, suben con enormes mochilas cargadas con tiendas, piolets, cuerdas, etc, llegamos a la pista (16.42 h). Para variar decidimos finalizar la caminata por una ruta distinta de la que seguimos a la ida. Así que tomamos el camino ancho y balizado que lleva a la Pradera de Pineta.

En cerca de veinticinco minutos de agradable caminata, que el cansancio y el dolor de pies y de rodillas nos impiden disfrutar como se merece, nos plantamos en el parking donde esta el coche torrándose al sol (14.45 h). Rápidamente nos cambiamos de ropa y de calzado. Volvemos a ser personas…Al oeste, el imponente muro de hierba y roca por donde hemos subido y bajado cierra el valle. Nadie diría que exista un camino por ahí…

Ya en la carretera, camino de Laspaules, me pregunto cuando volveré a visitar a mis viejos amigos Asta y Zoud. Teniendo en cuenta lo altos y lejos que están, lo veo difícil  si he de esperar otros 33 años. Habrá de ser antes. Que el tiempo sólo pasa para los mortales...


La ruta en imágenes 
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EniEn - Julio 2010

martes, 20 de septiembre de 2011

ESTRENO MONTAÑERO DE POT

Ante las malas previsiones meteorológicas, el pasado finde nos quedarnos en Begues y amoldamos nuestros planes montañeros a Pot. En las dos semanas que lleva entre nosotros, el cachorro no sólo ha crecido (cerca de 2 Kg de peso), sino que se ha adaptado muy bien a su nuevo hábitat. Los miedos y el recelo inicial han dejado paso a una actitud cada vez mas alegre y movida. Cada día corre, salta y juega mas, se acentúa su curiosidad y, a la vez,  es mas sociable y simpático. Un buen golfo… Ante semejante vitalidad decidimos avanzar su estreno montañero y llevarlo el sábado de excursión a la Garrotxa.

La ruta (identificada en los indicadores del parque como la Nº1) pasa por la Fageda d’en Jordà, el Volcán de Santa Margarida y rodea el Volcán de Croscat. Es un itinerario algo largo (10.5 Km), sin grandes desniveles y muy bonito (sobre todo el tramo de la Fageda). Siempre se va por buenos caminos y está muy bien señalizado. El único inconveniente es que es muy transitado, pero va bien porque ayuda a Pot a acostumbrarse a la gente. Nuestro pequeño amigo parecía fuerte y capaz de aguantar la excursión. Pero, por si no era así, Encarna modificó una mochila para que, en caso de necesidad, pudiéramos cargarlo sin problemas. No fue necesario… Tras 4 horas largas de agradable caminata, que en algún tramo transcurrió bajo un sol de justicia y mucho calor, concluimos la ruta sin novedad. Encarna y yo, sudorosos y cansados. Pot con ganas de jugar…

El éxito del sábado nos animó a repetir la experiencia el domingo. Esta vez partimos desde casa y realizamos un ruta circular en el Garraf que entre otros lugares nos llevó hasta la cima de la Agulles. El recorrido fue mas exigente que el día anterior. Algo mas de 11 Km, cerca de 300 m de desnivel, caminos pedregosos y pendientes, un ritmo de marcha mas fuerte… Incluso hicimos un corto tramo “jabalí” para introducir a Pot a la especialidad de la casa. Cuando, tras mas de 3 horas de marcha, volvimos al pueblo, el “pequeñín” lo hacía saltando y alegre, como si pidiera mas marcha. Sólo al detenernos en una terraza de la Rambla para tomarnos unas cervezas, el animal se tumbó a lo largo y al momento se quedó dormido. Me recordaba a un móvil cargando las baterías…

Teniendo en cuenta que sólo es un cachorro de cinco meses y medio, el estreno excursionista de Pot ha sido un éxito. Nos preguntamos de que será capaz cuando sea un perro adulto de algo mas de 20 Kg de peso y si seremos capaces de seguirlo. El record tresmilero de Ton podría quedar hecho añicos… De momento no queremos forzar las cosas e intentaremos ir poco a poco. Aunque con tamaña concentración de carne creciente y ganas de marcha es imposible predecir. Seguiremos informando…


El esterno del sábado en la Garrotxa en imágenes 
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El estreno del domingo en el Garraf en imágenes 
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EniEn - Septiembre 2011

lunes, 19 de septiembre de 2011

EXORCISMO

El pico de la Mina es uno de los mas misteriosos y menos visitados del Valle de Benasque. Su mala fama (inducida por algunas guías) y la ausencia de datos fiables y animosos sobre su ruta de ascenso, nos mantuvo alejados del mismo durante años. Finalmente, en Octubre del 2009 se produjo el exorcismo. De forma algo imprevista, tuvimos la suerte de ascenderlo en travesía, subiendo por su cresta oriental (desde el Puerto de la Picada) y bajando por la occidental (la que mira al Salvaguardia). Fué una escalada agradable, espectacular y no muy difícil (PD) a una montaña preciosa. Eso sí, si os impresionan los recorridos colgados y aéreos mejor absteneros. Pero si no es así, que no os sepa mas dedicar media jornada a esta cima altiva y desconocida. Seguro que no os arrepentireis...

PICO DE LA MINA (VALLE BENASQUE).TRAVESIA ESTE-OESTE

Fecha
OTOÑO, Sábado 17 Octubre 2009
Asistentes
Encarna, Enric
Zona
Valle de Benasque. Pirineos Centrales. Huesca
Inicio ruta
Pista de la Besurta, unos 400 antes de su final. Inicio camino del Puerto de Benasque (cartel)
Final ruta
Recorrido
Pista Besurta-Camino Puerto Benasque-Balsa del Portillón-Refugio libre-Puerto Picada-Serrat de la Freche-Pic del Pessó-Cresta O Pico de la Mina-Pico de la Mina-Cresta E Pico de la Mina– Brecha-Canal hierba-Camino Puerto Benasque-Pista Besurta
Noche
No
Horario
Total
 6 h 10 min
Efectivo
5 h, aprox
Cota (m)
Mínima
1880 (Pista Besurta)
Máxima
2708 (Pico de la Mina)
Climatología
Tiempo bueno pero algo frío
Nieve-hielo
No. Algun resto pequeño y aislado de la helada de la noche
Desnivel (m) (1)(2)
Ascenso
900
Descenso
 900
Distancia (Km)(1)
4.7
Dific.Física
Media
Dific.Orientación
Baja. Tanto la ruta de aproximación y de bajada, como el recorrido de la cresta es evidente
Dific.Psicológica
Alta en la cresta (tramos aéreos y sin escapatorias). Resto inexistente
Dific.Técnica
Alta en la  cresta (escalada PD). Resto baja (caminar)
Material
Cuerda min  30 m y algunas cintas. Si se va suelto y muy seguro en crestas aéreas de II-III se puede hacer a pelo (reduce mucho el horario)
Cartografía
Aneto-Maladeta, 1 :25000, Ed.Alpina,  2006-2007
Bibliografía
Aneto-120 ascensiones,  Itin 4A y 4B,  David Atela, Ed.Sua, 2005
Valoración
Magnífico recorrido de cresta poco difícil pero muy aéreo y espectacular
Comentarios
Una de los mejores recorridos de cresta sin grandes complicaciones del Valle de Benasque, que permite visitar una montaña solitaria y desconocida.
Podría enlazarse con la subida al Salvaguardia por la vía normal o por su cresta oriental (PD). Desde la brecha donde empieza la subida de la cara O del Pico de la Mina, hay un sendero que permite alcanzar el Puerto de Benasque sin necesidad de bajar.
Track (en formato gpx):
De momento no disponible (pendiente de arreglo de Wikiloc)
(1) A partir del track con CompeGPS Land.  (2) Considerando variaciones mínimas de altura de 2 m


Sábado 17 de Octubre. Después de pasar la noche con fiebre, tos, mocos y mas mocos, me levanto como un zombi. El tiempo es magnífico. Desde la ventana de nuestra casa de Laspaules vemos el macizo del Turbón enmarcado en un cielo azul y sin una nube. Son mas de las nueve. Tengo décimas de fiebre. No me encuentro demasiado bien. Pero con un día así me parece un sacrilegio quedarme en casa. Intento olvidarme del trancazo…Desayunamos tranquilamente. Me tomo un sobre de Frenadol, un trago de Bisolvón y partimos hacia el valle de Benasque.

Hoy tenemos dos objetivos. El primero recuperarme para mañana (queremos ir al valle de Boí a hacer algo bonito). El segundo es estudiar la ascensión del que posiblemente es el monte mas misterioso del Valle de Benasque. Estoy hablando del pico de la Mina, el ilustre vecino del Salbaguardia. Esta preciosa montaña tiene dos rutas de ascenso. La que las guías refieren como vía normal parte del Portillón de Benasque y sube por la vertiente OSO. A pesar de ser fácil (I+) me da yuyu ya que dicen que el terreno es  muy descompuesto y muy colgado. La segunda ruta empieza en el puerto de la Picada y recorre la cresta ESE. Es un recorrido largo, complejo y técnicamente mas difícil que el anterior (II). Pero parece que la roca es de mejor calidad. Este itinerario es el que hoy nos gustaría inspeccionar. La idea es subir desde el llano de la Besurta al Puerto de la Picada. Después recorrer el primer tramo de la cresta, que los planos denominan como Serrat de la Frèche, y ascender al pico de Pessó, que es su punto mas alto.

En el Valle de Benasque el ambiente es tranquilo, casi solitario. Una situación típica del periodo que va del Pilar a la Purisima, que hace que, junto con los meses de Mayo y Junio, sean las mejores épocas para visitar el Valle. A las 11.30 h llegamos a una Besurta insólitamente poco concurrida. Aparcamos a un lado de la carretera, unos metros por encima del cartel que indica el inicio del camino del Salbaguardia y de los puertos de Benasque y la Picada. El tiempo es espléndido pero algo frío, sobre todo cuando un viento del norte, racheado y desagradable, hace acto de presencia. Diez minutos mas tarde empezamos a caminar (11.40 h, 1880 m). Sin forzar el paso (hoy no tengo el cuerpo para hacer esfuerzos), en total soledad (algo poco común) y con algunas paradas fotográficas (las vistas del macizo Aneto-Maladetas son impresionantes) recorremos las amplias lazadas del camino. En 50 minutos superamos casi 350 metros de desnivel y llegamos a la bifurcación donde se separan las sendas del Portillón de Benasque y del Puerto de la Picada (12.30 h, 2234 m).

Continuamos por la senda del puerto de la Picada. Primero subiendo al norte, hacia la cara sur del Serrat de la Frèche. Después al este, paralelos a la cresta de esta última y en busca de la horcada del puerto. El camino esta menos pisado, pero las lazadas siguen siendo buenas. A media subida hacemos un alto para visitar una cabaña de madera recientemente construida, supongo que para uso de los pastores (12.50 h, 2375 m). Tiene dos habitaciones limpias y en buen estado. Pero lo que llama mas la atención son las vistas excepcionales que se tienen desde la misma, que van del Aneto y compañía  al Posets y sus compinches… Reanudamos la ascensión. En el último trecho el terreno se pone mas derecho, pero el camino no pierde su compostura. Con cortas y cómodas lazadas nos lleva hasta el Puerto de la Picada (13.12 h, 2477 m).

En el collado el viento sopla de forma continuada. “De esta me curo o me muero”, pienso mientras intento vaciar de mocos los pulmones y la nariz, tosiendo y sonándome como un poseido. Tras unos minutos de descanso, giramos a la izquierda (N) e iniciamos una dura subida por un empinadísimo costarrón de hierbas y piedras. En lo alto del mismo una breve y fácil trepada nos deja en la cresta de la Serra de la Frèche (13.35 h, 2585 m). Batidos por el viento seguimos hacia el oeste por una arista aérea, colgada y en algunos tramos estrecha, pero resulta muy fácil de pasar, siempre que no te impresionen los cortados… A las 13.48 h alcanzamos la cumbre del Pic del Pessó, que con sus 2627 m es el punto mas elevado de la Serra.

La vista del pico de la Mina y de su cresta oriental es impresionante. Me recuerda a los dibujos que hacen los niños de montañas estrechas y afiladas. Noto que en mi cabeza se rompe alguna membrana y siento un deseo salvaje de continuar adelante. Pero el malestar general, el dolor en las piernas y en la espalda, el cansancio, la hora y el no haber venido preparados, hacen  que la idea se desvanezca tan rápidamente como se creó. Tomo algunas fotografías, observo la cresta con los prismáticos y llego a la curiosa conclusión de que debe ser mucho menos fiera de lo que aparenta. Así que me la apunto para una próxima ocasión que supongo ya será el verano que viene (para la semana entrante se anuncian nevadas) …

Un cuarto de hora después de nuestra llegada iniciamos el descenso por la misma ruta de subida. Hacemos un alto para en la cabaña, al abrigo del viento y bajo un sol caliente y agradable. Unos minutos antes de las 16.00 h llegamos al coche. Me siento algo mejor y eso me anima. Nos cambiamos de ropa y vamos a comer al frankfurt de Castejón de Sos. El resto del día lo pasamos en Laspaules, leyendo, viendo la televisión y preparando la salida de mañana al Valle de Boí. A las 21.00 h  hemos dejado las mochilas y casi todos los trastos en el coche. Así mañana no tendremos que hacer nada. Nos tomamos un vaso de leche con galletas y nos vamos a dormir. Me encuentro bastante bien. No tengo fiebre. Estoy seguro que la tanda de jarabe, pastillas y otras pócimas, mas las horas de descanso, acabarán de arreglarme el constipado. La cosa pinta bien…

Domingo 19 de Octubre. Tras dormir prácticamente de un tirón, a las 4 de la mañana me despiertan los ladridos de la alarma del móvil. Al momento me doy cuenta de que no estoy bien. Me duele mucho la garganta y estoy muy congestionado. Me levanto y miro por la ventana. Tal como se anunciaba la noche es fría (el termómetro exterior marca -3ºC) y estrellada. El día también será bueno… Me tomo la temperatura y casi me desespero al comprobar que tengo décimas de fiebre. No estoy en situación de enfrentar una ascensión de mas de diez horas y 1600 metros de desnivel. A tomar por saco nuestros planes… Triste y resignado me tomo una nueva serie de medicamentos, vuelvo a la cama y le digo a Encarna que siga durmiendo. Unos minutos mas tarde debo estar soñando que escalo el Pa de Sucre…

Cuando me despierto son mas de las nueve. Por la ventana veo el cielo azul y sin una nube. A diferencia de cinco horas antes, ahora me encuentro bastante bien. Me sigue doliendo un poco la garganta, pero no tengo fiebre. Sin salir de la cama Encarna me pregunta sobre lo que vamos a hacer durante este inesperado día de descanso. “¿Descanso?”, le contesto, mientras pienso a toda velocidad en algo que hacer. La idea surge como una mera cuestión de lógica y continuidad de la jornada de ayer. “¿Y sin fuéramos al pico de la Mina…?”, pregunto sin esperar respuesta. Treinta minutos mas tarde estamos en el coche camino del valle de Benasque…

La situación es una réplica de ayer sábado, pero una hora y media antes. Aparcamos en el mismo lugar y nos preparamos sin prisas. Vaciamos el contenido de las mochilas (preparado para una dura ascensión con escalada incluida) y lo simplificamos. Cambiamos la cuerda de 50 metros por otra de 30. Dejamos buena parte de los trastos de escalada. Además del casco y el arnés, sólo nos llevamos mi inseparable juego de empotradores, tres cintas exprés, 8 cintas de las grandes y algún mosquetón de seguridad. Todo esto mas algo de ropa, comida, bebida,etc, hace que las mochilas sean razonablemente pesadas. A las 10.20 h empezamos a caminar.

El día es idóneo. Frío (el termómetro del coche daba 1ºC), casi no sopla el viento y ni una nube. Encarna toma la delantera. Yo le sigo pegado a sus talones. Aparte del dolor de garganta no noto ninguna molestia y me siento mas fuerte que ayer. Mi mujer me lleva con un ritmo cómodo pero muy constante. Pronto pongo el piloto automático, me evado y pienso…

¿Por qué hasta ahora nunca habíamos intentado subir el pico de la Mina? ¿Y por qué hoy lo estamos haciendo?. Buena parte de la culpa se debe a la fama de descompuesta, aérea y peligrosa que da la bibliografía a la vía “normal” (la que sube por la vertiente SO). Sólo conozco una persona que haya subido esta montaña  y, segun me dijo, le dejo un intenso recuerdo. Es mas, nunca he visto a nadie ascendiéndola. Con los años la imagen de monte misterioso y prohibido se acentuó, resultándome cada vez mas pavoroso e intrigante. Hace un par de años leí que la cresta ESE, aunque mas larga y difícil que la vía normal, tiene una roca aceptable, y empecé a pensar que podría intentarse. La idea se reforzó el año pasado, observando esta arista desde el pico de Paderna, y acabó de concretarse hace tres semanas, durante la ascensión al Salbaguardia. Estaba claro que veía la montaña de otro modo. Después vino el reconocimiento de ayer. El resto ya lo he explicado… 

Ahora, mientras camino en silencio tras los pasos de Encarna, noto una sensación curiosa en la que se mezclan inquietud y curiosidad. También alegría… Como si después de muchos años, me hubiera decidido a resolver algo que tenía pendiente. Para mí la de hoy es algo mas que una simple ascensión. Es la posibilidad de expulsar de mi cabeza el demonio que lógica o ilógicamente siempre asocié con esta montaña. En cierta manera será como un pequeño exorcismo. Esperemos que acabe mejor que aquella famosa película de título similar, que hizo furor en los años setenta…

Casi sin darme cuenta, la “locomotora diesel” de Encarna me conduce hasta el puerto de la Picada. Son las 11.43 h. Me siento cada vez mejor y estoy mas animado. A partir de ahora no hay camino, por lo que paso delante (mi mujer no lleva bien lo de orientarse). Dos horas y casi 750 metros de desnivel después de dejar el coche (12.20 h) llegamos a lo alto del Serrat de la Frèche (pico de Pessó, 2627 m). Hacemos un breve alto para relajarnos y estudiar lo que tenemos por delante.

La ruta presenta tres partes. Primero una cresta mas o menos estrecha y de aspecto fácil, baja hasta una brecha intermedia accesible desde el sur por un empinado corredor de hierba y rocas. Después viene un tramo rocoso y poco inclinado que tampoco parece complicado. La última parte, que es la que distinguimos peor, parece la mas difícil e inquietante. Se trata de una arista de roca estrecha. Con una sucesión de puntas y escalones, sube hacia lo mas alto del triángulo estilizado del pico de la Mina, cuyo aspecto siniestro se acentúa por las dos increíbles agujas rocosas situadas en la arista norte de la montaña. 

Observando la ruta tenemos la primera sorpresa del día. Tres figuras minúsculas se acercan al inicio de la última parte de la cresta. Es increíble. Mas de veinte años sin ver a nadie en el pico de la Mina, y el día que por fin decido intentarlo he de compartir la ruta con otra cordada. Aunque lo compartir es un decir, pues con la ventaja que nos llevan difícilmente nos encontraremos. Lo bueno de la situación es que podremos tener una idea de la dificultad del último tramo de la cresta según lo  rápidos que vayan los franceses (no se por que, pero estoy seguro de que son franceses…).

A las 12.30 h nos metemos en faena. Primero bajamos por lo alto de la cresta haciendo fáciles equilibrios sobre las piedras. A nuestra derecha (N) el cortado es importante. A la izquierda (S) un pequeño cinturón rocoso lleva hasta una ladera herbosa y empinada que mas abajo se aboca sobre el precipicio. Después de un par de escalones la arista se hace estrecha e intrincada. Seguir por el filo no es rentable, ya que es complicado, expuesto y muy lento. Entonces bajamos 2-3 metros por la izquierda y avanzamos por placas rocosas o por lo alto de la ladera de hierba. Un último y empinado descenso por una rampa herbosa y colgada nos deja en la brecha intermedio que separa el Serrat de la Frèche del pico de la Mina (12.52 h, 2560 m).

Pasamos a la vertiente norte. Subimos en diagonal por una ladera de bloques muy descompuestos (tramo poco agradable) que nos permite esquivar una zona abrupta y vertical que hay sobre la brecha. Recuperamos la cresta, que ahora forma por la izquierda (S) una rampa de hierba y losas rocosas, que se interrumpe bruscamente en el filo para desplomarse sobre la vertiente norte. Subimos por adherencia por las placas, siempre cerca del cortado. Un último tramo mas empinado nos lleva hasta lo alto de una primera elevación que marca el principio de la última parte de la cresta (13.15 h, 2615 m). Se acabó el recreo…

Desde el pico de Pessó llevamos recorrido algo mas de medio kilómetro de cresta. Tal como preveíamos no hemos encontrado grandes dificultades, a lo sumo algún breve tramo de I o I+.  Esto nos ha permitido avanzar con bastante rapidez, tranquilidad y la vez mucho cuidado, ya que aunque el terreno ha sido fácil, no permite ningún error. Pero ahora la situación cambia radicalmente. La cresta se encrespa, estrecha y presenta importantes abismos por los dos lados que calculo pueden tener de 200 a 300 metros de altura. El filo es tan agosto e irregular que debe irse por los lados. Esta tónica se mantiene a lo largo varios resaltes que se suben hacia la cima, en la que vemos a los tres supuestos franceses con un tamaño mas pequeño del que nos gustaría. Aun nos queda un buen tramo, y por lo que vemos se presenta bastante complicado…

Encarna calla pero su cara lo dice todo. No esperaba este final y la pobre está asustada. Yo tampoco lo veo muy claro, pero decido probar antes que decidir. Le digo a mi mujer que espere y empiezo a recorrer un primer tramo de arista, que es bastante horizontal. Bajo un par de metros por el norte hasta una cómoda repisa. Después dos pasos verticales en diagonal pero con grandes apoyos me llevan de nuevo al filo. Realmente el terreno no es difícil (I-II) pero hay tanto aire por debajo que uno se lo mira y piensa varias veces. Poco a poco avanzo subiendo y bajando durante 30 metros hasta alcanzar el borde de una brecha pequeña pero bastante impresionante. Mientras tanto en la cima los "franceses" gesticulan y parece que quieren decirnos algo. Pero no les oigo bien. Les devuelvo el saludo y me concentro en mi problema. Mas allá de la brecha la cresta sigue casi vertical, pero no me parece tan complicada. Vuelvo para atrás, me reúno con Encarna y le explico de que va la cosa. Ella lo tiene claro. Sin cuerda no sigue adelante. Le contesto que yo tampoco…

Con cuidado bajamos a la repisa que hay al norte. Allí nos sacamos las mochilas, ponemos el casco y el arnés, encordamos y montamos una reunión. Bebemos un trago de agua y parto de inmediato por terreno de momento conocido (13.35 h). Enseguida llego al borde de la brecha. Un descenso algo delicado (II) me lleva hasta la misma, donde monto una buena reunión. Le grito a Encarna que venga (no la veo desde aquí). Poco después se pone en marcha. El efecto psicológico de la cuerda siempre me ha parecido fascinante. Encarna pasa a buen ritmo y sin problemas por un lugar donde sin asegurar no hubiera dado un solo paso, y en pocos minutos se reúne conmigo. Pero mientras tanto ocurre algo curioso…

Estoy asegurando a mi mujer cuando oigo que alguien me dice “Bons jour Monsieur. Tout va bien? Ont-ils besoin d´aide?(1). Sorprendido me giro y miro hacia arriba. La voz viene de unos cincuenta metros por encima, donde una cabeza pelirroja cubierta por un pañuelo sobresale tras una roca. Mi primer pensamiento es “lo sabía, eran franceses…” El segundo “¿pero que coño quiere este?” El tercero “el muy capullo se ha pensado que estábamos en dificultades y ha bajado desde la cima para auxiliarnos…” Y el cuarto “realmente es una actitud de agradecer, se amable y no lo mandes a la mierda…” Así que en mal francés y en tono agradable le contesto,  Tout va bien. Nous n'avons aucun problème. Nous lui remercions qu'il soit venu mais n'avons besoin d'aucune aide (2)El hombre saca un poco mas la cabeza, ve que vamos bien equipados y grita hacia los que se han quedado en la cima , “Ils montent avec corde et n'ont pas de problèmes. Mais je reste pour les accompagner…(3)Me quedo helado y pienso “Es la hostia… Ahora resulta que este aprendiz de rescatador va estar dándonos la vara hasta la cima…” Ante esta situación hago un último intento para que se vaya, pero como no me sale en francés se lo digo lentamente, en castellano y vocalizando… “Le agradezco la intención, pero no hace falta que se quede. Podemos continuar sin problemas. Además el terreno no es difícil…” Ante mi sorpresa me contesta en castellano “Para mi ningún problema. Aun llegan zonas difíciles y llevo una cuerda para ayudar…” Voy a contestarle cuando el hombre continua hablando, pero ahora no se dirige a mi, si no a Encarna que tiene un alguna dificultad para descender los últimos dos metros que hay hasta la brecha. “Carmeeeen, debes confiar en los pies… ” Esta claro que este Gastón Rebufat no va a dejarnos, por lo que me mentalizo y resigno a continuar la escalada con monitor… Así que intentando no parecer grosero solo le digo “Se llama En-car-na, no Carmeeen…” Al contrario de mi, mi mujer no parece molesta con la presencia del gavacho, le da las gracias y me dice “que señor mas amable…”

La segunda tirada empieza con un paso fácil pero espectacular. Se ha de atravesar la brecha por una roca estrecha apoyada a ambos lados de la misma. A ambos lados el vacío es sobrecogedor. Después se toma la pared. Cuatro metros verticales, algo escasos de presas (II) y con muchísimo aire por debajo, un paso a la derecha, y alcanzo una zona mas fácil llena de pequeñas repisas y grietas que supero rápidamente (I/I+). Encarna me avisa que se acaba la cuerda. En un rellano y monto la segunda reunión pasando un par de cintas por unos bloques. El francés, que esta al otro lado de una brecha y unos veinte metros mas arriba, dice “Así, así, muy bien…” No le contesto y me concentro en asegurar a Encarna que enseguida se reune conmigo.

La tercera tirada es muy corta (apenas 10 metros) y me sirve para montar la reunión en la nueva brecha. Antes de empezar el cuarto largo nuestro mentor nos avisa que es la parte mas difícil (por eso se ha parado mas arriba). Supongo que por respeto no me dice por donde se ha de pasar. La cosa empieza muy tiesa y colgada. Supero un murete de unos 4 metros hasta que un pequeño extraplomo me obliga a ir a la izquierda. Es un paso raro, que esta obstaculizado por una roca que parece estar suelta. Las presas de mano no son ninguna maravilla, pero me fío de ellas. No me lo pienso y extiendo mucho la pierna izquierda hasta que logro apoyar el pie en un saliente. Después un impulso lateral y paso a terreno fácil (II+). El francés tenía razón. Es el paso mas difícil. Subo un par de metros y pongo un seguro intermedio para prevenir un posible péndulo a Encarna. Después continuo por terreno fácil (I/I+) y agoto los 30 metros de cuerda antes de montar reunión al lado del gavacho, al que saludo y le doy las gracias. Mientras aseguro a Encarna me explica que lo que queda es sencillo y sin problemas. También me dice que creían que éramos simples excursionistas, y que como que él hace años se retiró al principio de la parte final de la cresta y lo paso mal, decidió bajar para ayudarnos con la cuerda. De haber sabido que íbamos bien equipados y que sabíamos que hacer no habría venido. Sus palabras tienen cierto tono de disculpa. Supongo que se da cuenta de que un poco nos esta aguando la fiesta. A fin de cuentas el también es montañero. 

A partir de este momento los largos de cuerda se suceden sin grandes dificultades. El terreno sigue siendo aéreo y derecho, pero mucho menos obligado. Los tramos de I/I+ se alternan con otros en los que se va prácticamente caminando. “Nuestro guía” abre la marcha unos metros por delante, parándose y avanzando a la vez que nosotros y sin parar de hablar. Su presencia resulta estresante, pues no ayuda para nada y nos obliga a ir mas deprisa de lo que nos gustaría. Apenas puedo hacer fotografías, ni pararme para comentar con Encarna tal o cual cosa. Mi mujer hace tiempo que tiene ganas de orinar, pero con el moscón vigilante no hay manera que pueda hacerlo. Menudo castigo…

Ya cerca de la cima encontramos dos tramos donde vuelve a haber algo de dificultad (II). El primero es una corta chimenea rematada por un saliente. El segundo es un bonito tramo de placas inclinadas de color claro por donde se sube en adherencia. Finalmente una última canal herbosa nos lleva hasta la cresta cimera. El terreno se aplana. Recorremos un cordal rocoso de unos treinta metros de largo antes de llegar al montón de piedras que señalan el punto mas alto del pico de la Mina (14.20 h, 2708 m). 

Vienen a saludarnos dos señores de cierta edad que forman el resto del grupo francés. Por nuestra “culpa” han estado un buen rato en la cima. Al verlos se me ocurre la posibilidad de que el que bajó a buscarnos sea un guía. Pero no pregunto… Con una sonrisa nos dicen que han estado a punto de llamar al 112… ¡Para morirse! Volvemos a dar las gracias por enésima vez sin acabar de entender por que… Poco después los gabachos se despiden y emprenden el descenso por la vía normal, que según nos dicen es muy fácil y no presenta ningún problema. 

Por fin nos quedamos solos. ¡Que descanso y que paz! Empezamos a tomar conciencia de que hemos subido el pico de la Mina, la bestia negra del valle de Benasque… Estamos contentos, pero no tranquilos. Aún nos queda descender, y a pesar de lo que nos han dicho los franceses, no disfrutaremos hasta que estemos abajo. Que como dice el refrán, hasta el rabo todo es toro… Hacemos algunas fotografías y observamos un paisaje magnífico que nos es de sobras conocido.  Sólo la imagen del Salbaguardia y la vista aérea del circo de los lagos de Boms de Port nos resultan novedosas. Se esta bien en la cima. Pero la inquietud y la curiosidad por conocer la tan demonizada vía normal pueden mas que las ganas de descansar. Tras permanecer un cuarto de hora en la cumbre nos vamos para abajo (14.35 h). 

Los franceses tenían razón. La vía normal del pico de la Mina, aunque muy pendiente, aérea y decompuesta, no presenta ningún problema en especial. Bien señalizada por hitos, y a tramos con rastros de sendero, baja en lazadas por la cara SO de la montaña. Primero por un espolón rocoso donde en algún momento se han de apoyar las manos. Después por una canal de hierba y pedrera. El descenso es corto. A pesar de ir poco a poco y hacer alguna corta parada, sólo tardamos 25 minutos en alcanzar una brecha situada al pie de la vertiente oeste (15.00 h, 2523 m). Después los hitos nos llevan casi sin bajar por la cara norte hasta otra brecha situada mas al oeste (15.03 h, 2510 m). Una canal herbosa y empinada (35-40º) desciende al sur hasta las pedreras. Bajamos por la misma con mucho cuidado. Después se acaban las incógnitas y los miedos. Continuamos hasta los llanos situados al pie del pico de la Mina. El cuerpo se relaja. Aparecen el hambre y la sed. Llegó la hora de regalarnos un buen descanso (15.15 h, 2373 m). 

Cuarenta minutos mas tarde (15.45 h) reemprendemos el descenso. Enseguida alcanzamos el camino del puerto de Benasque. Seguimos por el mismo hacia la Besurta, llegando el coche a las 16.30 h. Nos sentimos felices, orgullosos, satisfechos… Finalmente el ogro no ha resultado ser tal. El pico de la Mina es una montaña bellísima, con una fama injusta e inmerecida. La cresta es una pasada, fácil pero muy impresionante. De las que gusta recordar. Lo hemos pasado muy bien con esta travesía tan estupenda como espectacular. El exorcismo ha sido un éxito, entre otras cosas porque no había ningún demonio…
(1) Buenos días Señor. ¿Todo va bien? ¿Necesitan ayuda?
(2) Todo va bien. No tenemos ningún problema. Le agradecemos que haya venido pero necesitamos ninguna ayuda…
(3) Suben con cuerda y no tienen problemas. Pero me quedo para acompañarlos…


La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")



EniEn - Octubre 2009