Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

lunes, 21 de noviembre de 2011

SEXTA VEZ

El recorrido de la cresta que une los picos de Tempestades y Margalida es uno de los grandes  clásicos de la zona de Ballibierna. Una arista de granito corta, fácil pero no sencilla, aérea y con mucho ambiente, que a nadie deja indiferente. Si a esto le añadimos el entorno y las vistas, el resultado es un itinerario excepcional, de cinco estrellas.

Recuerdo la primera vez que hice este recorrido. Fue en Julio de 1979. Santiago y yo llegamos a la cima del Margalida reventados y con los nervios a flor de piel. Detrás quedaban un vivac, la cresta de Salenques y una peligrosa embarcada por la cara norte del Margalida, en la que nos metimos sin querer. Al ver lo lejos que estaba la cumbre del Aneto, decidimos dejarla para otra ocasión y sólo ir hasta el pico Tempestades, cercano y asequible. Con la tranquilidad y suficiencia que da salir de un recorrido difícil y meterse en uno mucho mas sencillo, iniciamos la travesía de la cresta como quien va a buscar el periódico. No era nuestro día… Unos minutos mas tarde volvíamos a estar en apuros, pero el orgullo nos impedía sacar la cuerda (la guía acotaba la cresta de I-II). Para acabarlo de arreglar, la pesada mochila nos empujaba hacia los cortados que se abrían a ambos lados. Un buen marrón… Por suerte la zona mas recortada de la cresta es corta y pronto queda atrás. Fácilmente llegamos a la Brecha Margalida. Poco después alcanzamos la cima del pico Tempestades. Tras un largo descanso con siesta incluida, nos despedimos del Aneto y emprendimos un largo descenso hacia el valle de Ballibierna y el llano de Senarta, al que llegamos destrozados al final de la tarde… Posteriormente recorrí la cresta Tempestades-Margalida otras cuatro veces y nunca tuve tantos problemas como en la primera. Sin duda aquel día pagamos la novatada…

Hace unas semanas hice la travesía Tempestades-Margalida por sexta vez. Fui con Martí, los amigos del CEM y Josep, todo un personaje que se unió al grupo cuando la excursión estaba muy avanzada. Hizo buen tiempo, todo fue según lo previsto y lo pasamos muy bien. Además conocí una nueva ruta de bajada directa del Margalida que evita haber de hacer la cresta de vuelta. Fue una jornada magnífica…

TEMPESTADES-MARGALIDA

Fecha
OTOÑO, Domingo 16 de Octubre del 2011
Asistentes
Isabelle, Africa, Carme, David Pages, David Martínez, Jordi, Martí, Enric.  Posteriormente se añadió al grupo (tras pedirnos permiso) Josep, un catalán del Nord jubilado y con mucha marcha.
Zona
Macizo del Aneto-Ballibierna. Valle Benasque, Pirineo Central. Huesca
Inicio ruta
Puente de Coronas (al final de la pista de Ballibierna que sale del llano de Senarta)
Final ruta
Recorrido
Puente de Coronas-Pleta de Llosars-Ibon de Llosars-Ibon Pequeño de Llosars-Rampa Sur- Pico Tempestades- Brecha Margalida- Cresta Margalida- Pico Margalida- Rampa Sur- Ibón Pequeño de Llosars- Retorno por el itinerario de subida
Noche
No. Puede hacerse noche en el Ibón Superior de Llosas
Horario
Total
 11 h 36 min
Efectivo
9 h 10 min aprox
Cota (m)
Mínima
1960 (pista Ballibierna, 100 m antes refugio)
Máxima
3296 (Pico Tempestades)
Climatología
Buen tiempo. Bastante frío de buena mañana y en logares donde no da el sol
Nieve-hielo
No
Desnivel (m) (1)(2)
Ascenso
1455
Descenso
 1455
Distancia (Km)(1)
11.4
Dific.Física
Alta. Importante desnivel
Dific.Orientación
Baja-Media . Hasta el Ibón Pequeño de Llosars hay buen camino. Después sendas e hitos jalonan el recorrido hasta el pico de Tempestades.
Dific.Psicológica
Alta. Pasos expuestos y aéreos en la cresta del Margalida. Algo menos en el descenso de este pico
Dific.Técnica
Media-Alta. Pasos de I-II en la cresta Tempesatades-Margalida, y de I en el descenso del Margalida
Material
Salvo en ausencia de nieve, piolet y crampones necesarios. La cresta se hace bien a pelo, pero ha de llevarse una cuerda de 30 m y algunas cintas por si alguien se impresiona (algo normal).
Cartografía
Aneto-Maladeta. 1 :25000 , Ed.Alpina, 2006-2007
Bibliografía
Aneto. 120 ascensiones ,  Itins.27A y 28A , David Atela, Ed.SUA , 2005
Valoración
Cresta de granito corta, fácil pero no sencilla, aérea y con mucho ambiente. La aproximación tiene un desnivel considerable.
Comentarios
Uno de los recorridos mas clásicos de la zona de Ballibierna. No dejarse influir por el aspecto que tiene la cresta desde el pico Tempestades, es mucho mas fácil de lo que parece.
El descenso del Margalida por su cresta SE (hitos y  huella de paso) evita tener que hacer la cresta de vuelta y nos ahorra algunos pasos de destrepe bastante curiosos.
Con perros…
Sin grandes problemas hasta la base de la pirámide cimera del Pico Tempestades. Los últimos 100 de esta montaña desaconsejables por el riesgo de que nuestros amigos tiren piedras. El Margalida no es pico para hacer con perros, salvo que sean voladores.
Track (en formato gpx):
(1) A partir del track con CompeGPS Land.  (2) Considerando variaciones mínimas de altura de 2 m



Domingo 16 de Octubre. El termómetro exterior de coche marca -3ºC cuando Martí y yo llegamos al final de la pista de Ballibierna. Aparcamos un centenar de metros antes del refugio (1958 m). Son las 6.00 h, aun es negra noche y el cielo está lleno de estrellas. El frío hace que los preparativos sean más rápidos de lo normal. En algo menos de 5 minutos nos ponemos la botas, calibramos el GPS y acabamos de montar las mochilas. A las 6.06 h empezamos a caminar bajo la luz de nuestras lámparas frontales.

Tomamos el tramo de pista horizontal, pedregosa y cerrada al tráfico, donde empiezan la mayoría de las rutas montañeras del valle de Ballibierna. En diez minutos llegamos a la curva donde sale a la izquierda la senda del valle de Coronas (6.15 h, 1985 m). Nuestro camino continua a la derecha  y sube por la orilla derecha (orográfica) del valle de Ballibierna (primero) y de Llosars (después), mas o menos alejado del río. La oscuridad hace que, en algún momento, sea algo confuso. Pero lo conocemos bien y no tenemos ningún problema. A las 6.44 h dejamos a la derecha la pasarela sobre el torrente de Llosars, donde empieza el camino de los lagos de Ballibierna (2145 m). Poco después salimos a la Pleta de Llosars donde hacemos un breve alto (6.54-6.57 h,2200 m).

Amanece mientras remontamos las pendientes que llevan al Ibón de Llosars. Por delante no vemos a nadie. Por detrás, bastante retrasadas, suben varios grupos de luces. A las 7.40 h llegamos al desaguadero del lago (2473 m). Inspeccionamos las zonas de vivac que hay en los alrededores. Están desiertas. Los amigos del CEM deben de haber acampado en el Ibón Superior.

El camino, ahora menos evidente, remonta (SE) la canal pedregosa por donde baja el torrente que une los dos lagos. A las 7.58 h, dos minutos antes de la hora prevista (las 8.00 h) llegamos al Ibón Superior. La senda lo rodea por la izquierda (N), unos metros mas arriba de las aguas. En la orilla opuesta (SE) del lago, casi tocando la pedrera, vemos un grupo de seis que desmontan dos tiendas de campaña. Los reconozco y me reconocen. Son los del CEM.

Nos detenemos en unas rocas que hay junto la senda (2534 m). Aun no nos da el sol y el ambiente es frío. Comemos y bebemos algo mientras esperamos a nuestros amigos que llegan por separado. Carme, Africa, Isabelle, Jordi, David M y David P. Hacia tiempo que no coincidíamos y me alegro de verlos. Les presento a Martí, les doy recuerdos de parte de Encarna (que se ha quedado con Rosa y Pot en Laspaules) y charlo brevemente con cada uno de ellos. Una vez reunido todo el grupo, reemprendemos la ascensión (8.21 h).

El sendero continua unos metros en horizontal (E-SE), cruza un torrente y después gira bruscamente a la izquierda (NE, hito) para remontar (ligeramente escorado a la izquierda) el escalón de hierba y rocas que domina el ibón superior de Llosars. La subida es fuerte y sostenida. La hacemos tan poco a poco que podemos ir hablando buena parte del rato. Tras ganar algo mas de 300 metros de desnivel, el terreno pierde inclinación y se hace pedregoso (9.15 h, 2875 m). La senda desaparece, pero hay muchos hitos. Nos encontramos en la parte baja de una característica rampa rectangular, orientada al sur y medianamente inclinada, delimitada por las paredes y crestas de los picos de Tempestades, Margalida y Rusell. Un universo de pequeños muros, losas y bloques de granito de todos las formas y tamaños, que coexisten sin orden alguno.  De cuando en cuando, algún pequeño tramo herboso pone un punto de color es este mega espacio mineral y casi monocromático. En lo alto de la rampa, a la izquierda, la pirámide del Tempestades parece engañosamente cercana. A la derecha, la cima del Margalida pasa desapercibida.  Mas cercanas, las crestas que conectan los distintos picos de Rusell, proyectan sus paredes sobre el flanco derecho de la esta ladera mineral.

Tras un breve alto continuamos con la idea de detenernos cuando nos de el sol. Esto ocurre 35 minutos mas tarde, tras haber rebasado los tresmil metros de altura (9.50 h, 3040 h). Mientras desayunamos nos adelante un grupo de tres. Nos dicen que van al Tempestades y que por detrás viene mas gente (algo normal cuando la cumbre es un tresmil alto y sencillo). Cuando les pregunto si subirán al Margalida, cambian de expresión y responden que no conocen la ruta de ascensión, que no llevan cuerda, que no lo ven claro... O sea, que no…

A las 10.07 h volvemos al tajo. Los dos David van como motos y pronto se separan del mismo. No han subido el Tempestades (del grupo sólo lo he hecho yo) pero la ruta de ascenso es clara. Llegando al pie de la pirámide de la cima, nos atrapa un señor mayor que sube a buen ritmo. Nos dice que va solo y nos pide permiso para unirse al grupo. Evidentemente le decimos que sí. El hombre tiene ganas de hablar … Durante el incómodo tramo de ascenso (por canales de piedra fina e inestable y algún sencillo paso de trepada) que nos queda hasta la cumbre, nos cuenta un montón de cosas. Se llama Josep, es un “català del nord” (no francés), jubilado (70 años), ha venido solo (con una furgoneta que se acaba de comprar) a pasar  unos días en esta zona del Pirineo, ayer intento el Aneto y hoy ha decidido hacer el Tempestades por que le han dicho que es bonito, alto y fácil… Ya cerca de la cima, me separo unos metros del grupo y voy hasta la cresta. El abismo que se abre al otro lado es de los que revuelve el estómago. Con cuidado trepo por los bloques colgados y alcanzo la cumbre, donde los dos David hace rato que esperan (11.00 h, 3278 m). Poco después llega el resto del grupo, y Josep…

La pequeña cumbre del Tempestades es impresionante mirador colgado sobre paredes y glaciares. No voy a describir las panorámicas, seria largo e incompleto. Prefiero que lo hagan las fotografías que acompañan a este escrito. Sólo daré un dato que me parece digno de mención, no hay nadie en  la cima del Aneto!!!  Muy mal debe estar el helero que hay por encima del collado de Coronas.

Los 40 minutos que estamos en la cumbre tienen un protagonista, Josep. Derrochando vitalidad, nuestro nuevo amigo habla apasionadamente de mil y una cosas. Me evado de las conversaciones para disfrutar del paisaje que nos rodea y evocar los momentos que viví en estas crestas. Desciendo unos pocos metros por la arista sur, en busca de un vivac colgado sobre el precipicio, en el que, hace muchos años, pase una bonita noche con dos buenos amigos. Después contemplo sin prisas la torturada cresta de Tempestades. Me maravilla que pudiera recorrer ese filo tétrico y descompuesto con rapidez, sin cuerda y sin problemas. Recuerdos…

Vuelvo a la cumbre y dedico mi atención a la aguda arista que lleva al Margalida. Desierta y sin nieve, presenta su clásica estampa de un desfile de puntas y torres de granito que cuelgan sobre los abismos de la cara norte. Esta imagen trasmite una falsa sensación de peligro y dificultad que ha hecho que mucha gente renuncie al Margalida sin poner un pie en la cresta. Hoy también pasa este fenómeno. Jordi, Africa y Martí  no lo ven claro y hablan de no subir a esta cumbre…

El tiempo pasa volando y llega mas gente. Abandonamos la cumbre del Tempestades (11.40 h). El grupo se divide en dos, los que van al Margalida (entre ellos Josep) y los tres que prefieren irse para abajo. Me quedo con estos últimos. Mientras que los otros descienden mas o menos por el filo de la cresta en busca de la Brecha de Margalida (I/I+), nosotros lo hacemos mal caminando por las canales pedregosas de la vía normal. Tras perder un centenar de metros de desnivel, giramos a la izquierda y alcanzamos una repisa entre losas de granito marrón claro (11.57 h , 3195 m). Nos encontramos algo a la izquierda de la vertical de la Brecha Margalida, que esta situada unas decenas de metros mas arriba.

Desde aquí la cresta parece mas asequible y mis tres amigos se la miran con otros ojos. Les explico que la última vez que subí al Margalida (2008, con Encarna) dejamos aquí las mochilas para escalar la arista sin peso, y nos fue muy bien… Durante unos minutos se habla de si nos metemos en la cresta o no.  Finalmente gana el sí. Dejamos las mochilas. Le paso mi arnés a Africa (Martí lleva el suyo), cojo la cuerda de 30 m, unas cuantas cintas y mosquetones, e iniciamos el ascenso (12.11 h). En esos momentos el resto del grupo alcanza la Brecha Margalida.

Una sencilla trepada en diagonal (E-NE) por repisas, fisuras y placas de granito nos a las inmediaciones de la sección horizontal y “ancha” de la cresta que hay después de la Brecha Margalida. Jordi, que  ha subido mas rápido que nosotros, se reúne con el otro grupo (que va por el filo de la cresta). Poco después llegan al pie de una torre vertical de aspecto impresionante. Curiosamente es Jordi quien la sube primero, realizando un paso algo acrobático por una fisura oblicua de su cara NO. ¿Y este es el que tenía miedo…?

Tranquilizo a Africa y Martí al decirles que nosotros no tendremos que superar esa torre. Seguiremos la “vía normal”, que va por la pared de la derecha, unos metros por debajo del filo de la arista. La ruta, bastante lógica, esta balizada con algún hito y se ha de ir encontrando. Combina travesías, cortos destrepes y trepadas fáciles, pero verticales y aéreas (I+/II), que por su exposición pueden requerir el uso de cuerda (nosotros no la utilizamos). Después alcanza la arista y, en un tramo sencillo pero muy aéreo (el mejor de la ruta), recorre un estrecho filo y sube a lo alto del gendarme que hay antes de la brecha que precede a la cima. Esta sección es muy impresionante y en el último tramo (II-, muy colgado sobre la pared norte) hacemos una corta tirada de cuerda. La bajada de la torre a la brecha es muy breve, pero hay un paso algo raro que pide atención. Una vez en la brecha (donde finaliza el famoso corredor norte del Margalida) una corta trepada nos lleva a la pequeñísima cima del pico Margalida, donde nos esperan Jordi y el resto del grupo (13.08 h, 3239 m). Abrazos, besos, felicitaciones, fotografías… Estamos muy contentos y satisfechos porque todo el grupo (incluido Josep) ha subido los dos picos previstos. Ha sido un pequeño gran éxito…
  
Mientras estamos en la cumbre hablamos del descenso. Hay tres posibilidades. Volver por donde hemos venido (lento, posiblemente comportará emplear la cuerda en algún tramo). Rapelar desde una instalación montada en unas rocas cercanas a la brecha anterior a la cima (desestimada porque muchos no llevan arnés y nuestras cuerdas son cortas). Bajar por la cresta SE (la que se dirige a los picos Rusell), una ruta que desconozco por completo pero que, según David, ha seguido un pareja que subió con ellos por la arista.  Haciendo caso omiso del dicho de que “mas vale malo conocido que bueno por conocer”, decidimos bajar por la cresta SE.

A las 13.20 iniciamos el descenso. Pronto vemos que la decisión ha sido correcta. La ruta no tiene mas problema que su fuerte inclinación y ser algo aérea. Tiene poca dificultad, es lógica y esta balizada (hitos y huella de paso). Poco a poco y con cuidado (el terreno no admite fallos) descendemos por la cresta hasta una sección horizontal de la misma (13,27 h, 3225 m). Entonces seguimos una especie de sendero que baja por la vertiente de la derecha  que, con algún tramo algo delicado (tierrecilla), nos deja en la parte ate derecha de la pedrera de la rampa (13.40 h, 2136 m). Sin duda esta vía (hasta ahora desconocida para mí) es mucho mas sencilla que la “normal” de la arista. Pero yo sigo prefiriendo esta última para subir. Para bajar depende de la situación…

Tras diez minutos largos esperando que llegue todo el mundo (13.51 h) el grupo vuelve a dividirse. Los que subieron con mochilas empiezan a bajar por la rampa sur. Los cuatro que lo hicimos sin peso hemos de recular en busca de las mismas. Un largo flanqueo (NO) ligeramente ascendente, nos lleva, primero por pedreras, después por losas de granito, hasta la repisa donde dejamos los petates (14.12 h). Hacemos un alto, comemos y bebemos algo y nos vamos para abajo (14.22 h). El descenso hasta el Ibón Superior de Llosars es y se nos muy hace largo. Cuando llegamos al lugar donde nuestros amigos pasaron la noche (15.39 h, 2530 m), Martí y yo empezamos a estar tocados. Los 1400 metros de desnivel de la excursión de ayer a las Peñas de las Once, y haber subido hoy desde abajo (lo que representa 1400 metros mas), pasan factura. Nos van de perlas disfrutar de 20 minutos largos de descanso mientras que los del CEM acaban de preparar las mochilas.

A las 16.00 h reanudamos la marcha con un pequeño ascenso hasta el camino. Después, excepto un breve subida que hay al rodear el Ibón de Llosars, todo es bajada. Sin prisas  y charlando con unos y otros, recorremos este ultimo tramo de la excursión. La luz de tarde acentúa los contrates y tonos del valle, ofreciéndonos paisajes muy bonitos que intentamos captar con las cámaras fotográficas. Josep continua igual que siempre, hablando por los codos. Me impresiona la vitalidad y la fuerza física y anímica de este hombre. Diría que para él la edad cuenta de distinta forma que en la mayoría de la gente. Cuando sea “mayor” me gustaría ser un poco así…

A las 17.40 h llegamos a los coches. Nos despedimos de nuestros amigos y de Josep y partimos hacia Laspaules. Martí, poco acostumbrado a machacadas como la de este fin de semana, me dice que seguramente mañana no podrá moverse. Sonrío e intento relajar las piernas que noto bastante cargadas. Mi amigo no es el único que está jodido… Mientras conduzco hago un recuento de las veces que he recorrido la cresta Tempestades-Margalida. Si la memoria no me falla, contando la de hoy, me salen seis veces en 32 años, lo que viene a ser  1 vez cada 5.3 años… Por tanto, hasta el 2016 o el 2017 no toca volver. Me pregunto si seré capaz de esperar tanto…

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")

EniEn - Octubre 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

DOS HORAS DE UN ENORME RELOJ

La Peñas de las Diez y la Peña de las Once son dos cumbres vecinas del monte mas septentrional del macizo del Cotiella. Esta toponimia tan curiosa se debe a que antiguamente los habitantes de Plan utilizaban estos dos picos (junto las Peñas del Mediodía y de  la Una) como un enorme reloj de sol. Poco conocidas y aún menos visitadas, estas cimas pueden subirse desde el norte (por el valle de Gistain y el Ibón de Plan o Balsa de la Mora), o desde el sur (por Barbaruens y el refugio de Armeña). Esta segunda opción fue la que seguimos en nuestra ascensión del pasado mes de Octubre, que hicimos en compañía de unos buenos amigos y del pequeño (cada día menos) Pot.

La excursión, larga y algo dura, fue sencilla y agradable. A la gran belleza de la zona de Armeña (que recorrimos por un itinerario circular, subiendo por la senda (GR) del Barranco Fondo y bajando por el camino habitual que pasa por el collado y el Ibón de Armeña) se suman la bonita estampa de la montaña, la cresta final elegante y sin problemas, y unas vistas espectaculares. La parte negativa (siempre hay alguna) fue la subida directa por la cara sur de la Peña de las Diez, una ladera de piedra suelta, de unos 250 metros de altura y 35-40º de inclinación, que mas que fuerza pide paciencia. Como acostumbra a pasar, cuando dejamos atrás el costarrón y salimos al cordal cimero, los malos momentos quedaron olvidados ante el privilegio de disfrutar de las panorámicas, el ambiente y la soledad de estas dos cimas. Que actividad tan bonita la de subir montañas…  


PEÑA DE LAS DIEZ Y PEÑA DE LAS ONCE    


Fecha
Sábado, 15 de Octubre del 2011
Asistentes
Rosa, Martí, Roberto, Encarna, Enric y Pot
Zona
Macizo del Cotiella. Pirineo Central. Huesca
Inicio ruta
Zona de Aparcamiento de Las Salineras. Se llega por pista una regular (aprox 3 Km) que sale a la izquierda en la entrada del pueblo de Barbaruens (al que se llega por carretera desde Seira), unos 200 metros después del desvío de la pista (a la derecha) que va al Collado de la Cruz.
Final ruta
Recorrido
Las Salineras-Pista al Collado de la Cruz-  Barranco Fondo- Fuente del Riancés (Junto Refugio Armeña) - Paso de Las Garcas- Base cara S Peña de las Diez- Peña de las Diez- Peña de las Once – Peñade  las Diez- Punta Baja- Cordal S - Collado Herboso- Base cara S Peña de las Diez - Paso las Garcas-Refugio Armeña- Ibón de Armeña- Collado de Armeña- Pista – Las Salineras
Noche
No
Horario
Total
8 h 45 min
Efectivo
6 h 45 min aprox
Cota (m)
Mínima
1325 m (Pista del Collado de la Cruz)
Máxima
2658 (Peña de las Once)
Climatología
Buen tiempo con algunas nieblas.
Nieve-hielo
No
Desnivel (m) (1)(2)
Ascenso
 1400
Descenso
 1400
Distancia (Km)(1)
15.2
Dific.Física
Alta, por el desnivel y la distancia.
Dific.Orientación
Baja
Dific.Psicológica
Baja. La cresta final es ancha, elegante y algo aérea, pero no resulta vertiginosa
Dific.Técnica
Baja. En la parte superior del Barranco Fondo se han de apoyar las manos en un par de sitios
Material
Senderismo
Cartografía
Cotiella-Peña Montañesa,1:25000, Ed.Alpina, 2007-2008
Bibliografía
100 cumbres del Pirineo Aragones, Itin.74, David Atela,Ed.Sua,1997
Valoración
Ascensión algo dura pero sencilla y muy bonita, a un monte poco conocido del macizo del Cotiella.
Comentarios
La subida directa por la cara sur de la Peña de las Diez es dura y requiere paciencia. Subiendo por el cordal S y la Punta Baja (ruta que seguimos a la bajada) la ascensión también es dura pero mas larga y llevadera. Un entorno precioso y grandes vistas.
Si se dispone de tiempo,fuerzas y ganas, vale la pena seguir la cresta (fácil) que baja al norte desde la Peña las Once a la Peña del Mediodía (vértice geodésico, vistas aéreas sobre Plan). Volviendo por donde se ha ido, representa unos 200 metros de subida y entre 1 y 1.5 h de mas.
Aconsejamos combinar la ascensión de las Peñas de las Diez y de las Once con la del Cotiella, durmiendo en el refugio de Armeña (libre,buen estado,chimenea, leña en los alrededores y con la fuente del Riancés a 100 m)
Con perros…
Sin problemas. En el ascenso de la cara sur de la Peñade  las Diez mejor llevar al bicho controlado para que no origine desprendimientos de piedras.
Track (en formato gpx):
(1) A partir del track con CompeGPS Land.  (2) Considerando variaciones mínimas de altura de 2 m


Sábado 15 de Octubre. Aún es de noche y hace algo de frío cuando, a eso de las siete de la mañana, partimos de Laspaules. Somos un grupo “numeroso”. Rosa, Martí, Roberto, nosotros dos y el pequeño Pot. El objetivo de hoy es subir desde Armeña las Peñas de las Diez y de las Once, que son las dos cimas de una preciosa montaña situada al norte del macizo del Cotiella. Encarna y yo realizamos esta ascensión hace años. Nos encantó por el recorrido, la belleza del entorno y las vistas. Estamos seguros de que también les gustará a nuestros amigos que, hasta que les hablamos de estos picos, desconocían su existencia.

El viaje por carretera no es muy largo (unos 32 Km) pero si entretenido. Pasamos por Bisaurri, Castejón de Sos, el Run y el congosto del Ventamillo. En Seira tomamos un desvío a la derecha que, en 8 Km estrechos y revirados, nos lleva hasta Barbaruens. En la entrada del pueblo sale a la izquierda una pista que en unos 3 Km de piso pedregoso e irregular (apto para turismos con conductores intrépidos) nos lleva hasta el área de aparcamiento de las Salineras. Breves preparativos y empezamos a caminar (7.40 h ,1406 m).

La ruta comienza en suave bajada. Reculamos unos 300 metros por la pista por donde hemos venido (E) hasta encontrar el desvío que sale a la izquierda que va al collado de la Cruz (7.44 h, 1377 m). Continuamos el mismo. El tiempo es algo frío y estable, con algunas nieblas en lo alto de las montañas. No tardamos en divisar el Barranco Fondo que tantas distracciones nos dio el invierno pasado, cuando lo recorrimos camino del refugio de Armeña donde pasamos el fin de Año (http://relatosenien.blogspot.com/2011/01/nochevieja-en-armena.html). Hoy presenta un aspecto muy diferente que nos hace creer que podremos remontarlo sin problemas.

Después de unos 900 metros (NO), la pista pasa junto una pequeña zona semillana y herbosa, gira ligeramente a la izquierda y empieza a bajar mas fuerte (7.56 h, 1325 m). En este lugar la dejamos para buscar a la izquierda (O, pequeño hito) el GR 15 (al principio poco claro) que casi horizontal se interna en el bosque. Una vez localizado el camino se acaban los problemas de orientación y nos entregamos a disfrutar del estupendo recorrido del Barranco Fondo y sus preciosos tonos otoñales.

En su parte inicial, el barranco es ancho, boscoso y poco pendiente. El GR va algo elevado por su orilla derecha (orográfica) y no presenta mas complicaciones que algún tramo un poco empinado.  Tras media hora de agradable caminata, salpicada de paradas fotográficas, llegamos al pie de una canal poco marcada, que hay antes de que el barranco se haga abrupto e impracticable (8.32 h, 1501 m). Una serie de lazadas permite remontarla fácilmente y, cerca de la base de la pared del Gargalluso, salir a la derecha por un cornisa colgada sobre los cortados (Paso de las Baranetas). Después aun hemos de superar una breve rampa antes de que el camino, con un largo flanqueo, nos lleve hasta el lecho del barranco  (9.02 h, 1670 m). El GR pasa a la orilla izquierda (orográfica) por donde (salvo un corto tramo en que cambio de lado) remonta el torrente (NO). Tras salvar en la parte final algún breve tramo rocoso pero muy fácil, salimos a unas laderas de tierra y piedra que nos llevan hasta la fuente del Riancés, por la que casi no sale agua (9.34 h, 1840 m). A la izquierda (S) varias sendas se dirigen al refugio de Armeña, situado a un centenar de metros. Delante (N) una tartera conduce al pie de la gran muralla de gradas y fajas pedregosas que finaliza, 800 metros mas arriba, en el collado que separa los picos de la Ribereta y de la Picollosa, que hace años tenemos en la lista de pendientes. Un breve alto y seguimos adelante.

Dejando a nuestra espalda el refugio, giramos a la derecha para seguir el GR. Este sube (NE) por el amplio valle-canal de hierba y pedreras situado a la derecha de las grandes tarteras que hay bajo las vertientes S y SE de la Picollosa. Es un ascenso largo, progresivo y por buen terreno. Nos lo tomamos con tranquilidad, que no hay prisas… En los prados de la parte baja pasamos junto un nutrido rebaño de cabras. Los animales nos miran con descaro y suscitan el interés (y también el temor) de Pot, que pasa lo mas alejado posible de las mismos. Menudo gos d’atura está hecho…

A medida que ganamos altura el refugio se hcemas pequeño y las vistas sobre el circo de Armeña y el Cotiella son mas notables. Las nieblas también ganan en extensión. Esta sección de la ruta finaliza en la amplia escotadura del Paso de las Garcas (10.27 h, 2192 m). Por primera vez vemos (N-NO) el lomo pedregoso, alargado y de color marrón claro, de la Peña de las Diez. Al contrario de lo que acostumbra a ocurrir, la cima parece mas lejana de lo que en realidad está. Una buena noticia. Llevamos cerca de tres 3 horas caminando sin hacer ninguna parada seria. Así que nos detenemos para desayunar.

Veinte minutos mas tarde (10.47 h) reemprendemos la caminata. El GR cruza una pedrera por su parte inferior (N). Después gira a la izquierda (NO), remonta una canal y sale a unas rampas herbosas por las que alcanza la cercana Colladeta del Ibón (entre la Picollosa y la Peña de las Diez). Al inicio de estas rampas dejamos el camino y continuamos a la derecha (N), por un pasillo herboso que, sin subir, nos lleva rápidamente al pie de la cara sur de nuestra montaña (11.11 h, 2297 m).

La excursión, hasta ahora una agradable caminata por senda mas o menos marcada, cambia de carácter. El terreno amable se transforma en una ancha y fuerte pendiente de unos 250 metros de altura, cubierta de una incómoda tartera de piedra pequeña e inestable. No hay caminos, sólo algunas huellas de paso sin continuidad que han hecho las cabras. A la derecha de este costarrón, una senda que sube en diagonal (E) a un collado herboso situado al pie del cordal sur de la montaña, ofrece una posible vía de ascenso. Seguro que es mas cómoda, pero comporta dar un amplio rodeo y no nos convence. Así que fijamos la atención en el pedregal que tenemos delante. Con optimismo e imaginación, trazamos una ruta “lógica” y mas o menos directa en este mar mineral. Unos mas, otros menos, intentamos auto-convencernos de que nos llevará al cordal cimero sin grandes problemas. Seguidamente, antes de que la lógica se imponga y nos obligue a reconsiderar la decisión, iniciamos el ascenso (11.15 h).

Los siguientes 40 minutos son un ejercicio de sacrificio y, sobre todo, paciencia. Chino, chano (no es posible de otro modo) remontamos el pedregal. Cada cual a su ritmo y creando su camino. Roberto, el mas fuerte, abre la marcha. Los demás le seguimos mas o menos separados.  A nuestra izquierda la Colladeta del Ibón se hunde conforme ganamos desnivel. Detrás, el imponente espolón NE de la Picollosa juega al escondite entre la niebla. La inclinación, altura y uniformidad de la ladera, hacen que tenga cierta sensación aérea que le da ambiente. La subida es dura, monótona, interminable. Pero escogiendo la ruta, yendo sin prisas y parando a menudo, se minimiza el cansancio y se va mas o menos bien. Las caras serias y, a veces algo descompuestas, cambian radicalmente cuando, uno tras otro, salimos al cordal. ¡Menudo espectáculo! Un breve alto para recomponernos y seguimos por el mismo unos pocos metros hasta alcanzar, con la cara decorada con una amplia sonrisa, la cumbre de la Peña de las Diez (11.58 h, 2568 m).

La proximidad de la Peña de las Once, un centenar de metros mas alta y con un cordal-cresta esbelto y elegante por donde sube la vía normal, minimiza la importancia de la Peña de las Diez. Se tiene, y de hecho asíes, la sensación de estar en una antecima. La mirada se va a la cumbre vecina y notamos cierta urgencia por alcanzarla. No prolongamos nuestra estancia en esta primera cima mas de lo necesario. Hacemos las fotos de rigor y  partimos en busca del techo de la excursión (12.05 h).

Un breve descenso nos sitúa al pie del cordal-cresta SE de la Peña de las Once. Un sendero asciende por la izquierda. Pero es mas bonito ir por el filo, teniendo a la derecha el gran precipicio que cae, seiscientos metros mas abajo, sobre las ondulaciones de hierba y pedreras del Tarteral. La subida es tan fácil como espectacular. Tan solo caminar. En algo mas de diez minutos alcanzamos el hito de la cima (12.19 h, 2658 m). La Peña de las Once es una montaña preciosa. Sol, temperatura agradable, soledad y grandes vistas en 360 grados. Monte Perdido, Bachimala, Eristes, Posets, Sierra de Chia, Turbón, Cotiella… Sin olvidar el circo que rodea la Balsa de la Mora (o Ibón de Plan), el valle de Gistain y la Peñas del Mediodía y de la Una, las otras horas del reloj… Nuestros amigos están extasiados, sorprendidos por los muchos regalos que nos ofrece esta montaña. Ha sido una ascensión larga, en el último tramo bastante dura. Pero ha valido la pena…

Permanecemos 40 minutos en la cima. Comemos, bebemos, fotografiamos y hasta damos una cabezadita. A las 13.00 h iniciamos un largo descenso que, al igual que la subida, haremos sin prisas. Volvemos a la Peña de las Diez (13.13 h). En vez de seguir nuestra vía de ascenso por la cara sur, continuamos (E) por el cordal horizontal. A nuestra izquierda se abre un gran precipicio. Enseguida alcanzamos la Punta Baja , una elevación muy poco marcada señalizada por un pequeño hito (13.19 h, 2555 m). La vista de la Peña de las Once es magnífica. El cordal empieza a bajar, gira a la derecha (S) y se convierte en una amplia ladera pedregosa. La inclinación y la inestabilidad del terreno hacen que sea de mal bajar. Poco a poco vamos perdiendo metros hasta alcanzar el collado herboso donde llega la senda que vimos desde el pie de la cara sur (13.44 h, 2360 m).

Giramos a la derecha (O) para tomar el sendero que desciende en diagonal por la ladera de pedrera. La vista de nuestra ruta de ascenso es impresionante. ¡Menudo pedregal! Parece increíble que se nos ocurriera subir por ahí y que lo hiciésemos sin demasiados problemas. La bajada es cómoda y rápida. En unos minutos llegamos a las praderas situadas al pie de la montaña. Dejamos atrás el terreno muerto. Volvemos al verde y al buen caminar. Poco después reencontramos el GR (13.55 h).

Volvemos por el itinerario de subida. La canal, el cruce de la pedrera, el Paso de las Garcas, la amplia canal de hierba y tartera, la fuente del Riancés…A las 14.40 h llegamos al refugio de Armeña (1865 m). Conversamos con un montañero solitario que mañana quiere subir al Cotiella. Será la única persona que veremos en toda la excursión…

Tras un cuarto de hora de parada en el refugio, reemprendemos la marcha por la vía normal de acceso al mismo. El camino, cómodo, claro y bien marcado, pasa junto al Ibón de Armeña (ahora muy escaso de agua). Después sube al collado de Armeña, donde hacemos otro breve alto. Sigue el siempre incómodo descenso de la ladera pedregosa que precede el cruce de las canales colgadas sobre la pared del Gargalluso. Después la senda penetra en el bosque, alcanza un rellano y gira a la derecha para realizar una rápida bajada que finaliza en un torrente. Un tramo horizontal por un camino ancho y pedregoso, seguido de un breve pero fuerte descenso nos deja en el final de la pista (16.00 h, 1630 m).

Las horas de marcha y los metros de desnivel se acumulan en las piernas. Hasta Pot muestra algún signo de cansancio. Para no castigar mas el cuerpo desestimamos el camino que baja directo a las Salineras y optamos por seguir la pista. Finalmente llegamos a los coches (16.25 h).

No tardamos en iniciar el viaje de vuelta a Laspaules. Una vez en el pueblo, celebramos el éxito de la salida tomándonos unas cervezas en el bar del Camping. Nuestras caras tienen una expresión en la que se mezclan cansancio, alegría y satisfacción. Ha sido una excursión muy bonita, de esas que a uno no le importaría repetir. Seguro que volveremos a hacerla…

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")

 EniEn - Octubre 2011