Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

lunes, 27 de diciembre de 2010

PRE-INVERNAL SIN RAQUETAS...

A última hora del pasado viernes 17 de Diciembre, decidimos apuntarnos a la salida al Puig Peric que los del CEM hacían ese fin de semana. Habíamos subido varias veces esta bonita montaña del Capcir, pero nunca desde el refugio de Camporrells donde pasaríamos la noche. Fue un acierto total.  El tiempo, el lugar, el desarrollo de la ruta, la compañía… Disfrutamos mucho y lo pasamos muy bien. Y eso que no llevamos raquetas…

PUIG PERIC y PETIT PERIC

Fecha
Sábado y Domingo, 18 y 19 Diciembre 2010
Asistentes
David, Jordi, Francesc, Carme, Encarna y Enric
Zona
Capcir (Francia)
Inicio ruta
Aparcamiento estación de esquí de Formigueres
Final ruta
Idem
Recorrido
Sábado 18: Estación Formigueres (parking)-Serra de Mauri-Refugio Camporrells
Domingo 19:Refugio Camporrells-Petit Peric (cresta NE)-Coll Petit Peric/Puig Peric - Puig 
Peric (cresta E)- Coll Petit Peric/Puig Peric- Coma de la Llosa- Cercanías lago d’Herbier-
Refugio Camporrells-Serra de Mauri-Estación Formigueres (parking)
Noche
Refugio de Camporrells
Material
Invernal, crampones y piolet. Raquetas o esquís aconsejables (nosotros no llevamos)
Dificultad
Técnica
 Media
Física
Media-Alta
Desnivel (m)
Ascenso
Total: 1525
Sáb/Dom: 690 / 835
Descenso
Total: 1525
Sáb/Dom: 180 / 1345
Distancia
Total : 21.1 Km  ;   Sábado: 7.9 Km  ;  Domingo: 13.2 Km
Horario

Total
Sábado
Domingo
11 h 34 min (sab+dom)
 2 h 35 min
 8 h 44 min
Efectivo
Sábado
Domingo
9 h (sab+dom)
2 h 35 min
6 h 25 min
Climatología
Tiempo bueno pero frío los dos días,
Cartografía
“Carte de Randonnée: Font Romeu-Capcir”,  IGN 2249 ET,1:25000 , (2003)
Valoración
Ascensión en condiciones casi invernales a una gran cima. Muy bonita y disfrutona.
Sin grandes complicaciones. El refugio y su guarda muy bien.
Comentarios
Sin nieve la ruta es perfectamente realizable en un día. Con nieve es mejor repartirla en 
dos jornadas durmiendo en Camporrells, un refugio acogedor y  con un buen guarda

Relato

Sábado 18 de Diciembre. Después de un viaje rápido y sin complicaciones, Carme, Encarna y yo llegamos a la estación de esquí de Formigueres (una de las pocas que está abierta) poco antes de las 14.30 h. Hace frío y luce el sol. Parece que hay algo mas nieve que en otras zonas, pero no demasiada. Poco después nos reunimos en la cafetería con David, Jordi y Francesc. Nuestros amigos han dedicado la mañana a hacer prácticas de ARVA (una muy buena costumbre) y ahora están comiendo. Nosotros también sacamos los bocatas… Estudiamos sobre el mapa la ruta del refugio de Camporrels (donde hemos hecho reserva) y hablamos del material que hemos de llevar. Teniendo en cuenta la cantidad y el estado de la nieve, que el riesgo de aludes es 2 y que buena parte de la ascensión es por cresta, decidimos dejar raquetas, palas y sondas. Una vez comidos volvemos al coche y nos preparamos. A las 15.30 h empezamos a caminar (1743 m).
Desde el aparcamiento bajamos unos metros (S) para tomar una pista-camino cerrada a los esquiadores. La nieve medio helada nos permite avanzar rápida y cómodamente. Una gran lazada moderadamente ascendente, primero al S y después al NO, nos lleva hasta las pistas de esquí. Continuamos por las mismas (NO), cruzándonos con esquiadores que bajan a toda velocidad que nos miran con curiosidad. Una fuerte rampa pone a prueba las pantorrillas y nos lleva hasta la estación superior del telesilla de la Calmasella (16.50 h, 2100 m). Queda menos de una hora de luz, el refugio está lejos y no tenemos demasiado claro por donde se ha de ir. La cosa promete…
En parte por pistas, en parte por el bosque (intentando seguir un camino señalizado con marcas amarillas que está oculto bajo la nieve blanda), seguimos hacia el oeste. Recorremos el cordal de la Serra de Calmasella. Después entramos en el de la Serra de Mauri. El día empieza a apagarse cuando llegamos a la caseta del telesilla Serra de Mauri, techo de la estación (17.35 h, 2305 m). Abandonamos definitivamente las pistas para seguir, siempre al oeste, por campos medio nevados. A nuestra izquierda (S), unas decenas de metros mas arriba, tenemos el cordal de la Serra de Mauri. Un ancho camino (hitos y marcas) con tramos secos y otros helados y resbaladizos, nos dirige a un collado que alcanzamos en penumbra (17.55 h, 2405 m). Una brisa suave pero persistente acentúa la sensación de frío. En el cielo la luna llena poco a poco se rodea de estrellas. Un poste señalizado dice que quedan 20 minutos para el refugio. Nos parece que se queda corto. Hemos salido demasiado tarde y ahora tenemos que afrontar la parte mas incierta de la aproximación de noche y sin conocer la situación exacta de nuestro destino. Divertido…
  
Continuamos casi a tientas por el camino. Un corto descenso en diagonal por nieve nos deja al inicio de una larga y empinada ladera nevada orientada al sur, que se precipita al Salt dels Porcs, en el valle de la Lladura. Hacemos un alto para abrigarnos, sacar los frontales y, sobre todo, reagruparnos. Después nos metemos en faena…
La cosa empieza bien. El camino flanquea por encima de la pendiente de nieve y esta casi seco. En un par de minutos dejamos atrás el paso y nos situamos en lo alto de una ladera nevada que baja al oeste. En esa misma dirección, la silueta negra e inconfundible de los dos Perics se recorta contra el cielo. Hemos de bajar algo mas de 150 metros de desnivel hasta el Estany del Mig de Camporrells. En su orilla oriental se encuentra el refugio. A oscuras y sin conocer la zona no hay manera de seguir el camino oculto bajo la nieve. Así que nos inventamos la ruta… 
Bajamos al oeste por zonas sin vegetación cubiertas de nieve blanda y profunda. Cuando el bosque nos barra el paso giramos a la izquierda (S) para descender en diagonal por un pasillo entre los  árboles. El frío intenso empieza a hacer estragos. Avanzamos agrupados y en silencio, pendientes de un paisaje desfigurado por la noche y el haz de luz de las linternas. En el ambiente se palpa cierta preocupación. No esperábamos tanta nieve, ni que la ruta al refugio fuese tan poco clara. Las ráfagas de viento arrastran cristales helados que machacan la cara y rebozan el cuerpo. La situación es algo tensa pero interesante, de esas que de cuando en cuando me agrada vivir. El altímetro del GPS marca 2270 m. El refugio ha de estar cerca, pero no acaba de aparecer. Llegamos a una ancha ladera que baja (O) hasta un amplio rellano que la penumbra lechosa nos impide ver y que debería ser el lago del Camporrells. Si es así estamos salvados. Hemos de recorrer unos metros antes de ver a la derecha un tejado y una pared medio cubiertos por la nieve. Poco después entramos en el refugio (18.20 h, 2250 m).
 
El guarda (un tipo francés alto y espigado que habla catalán, que ha abierto el refugio para nosotros y otro grupo de cuatro) nos está esperando. Sale a recibirnos y nos ayuda a sacarnos las polainas y las botas, que dejamos en la sala-comedor. Después vamos al dormitorio donde nos cambiamos de ropa, colgamos las mochilas y nos organizamos para la noche. La estancia tiene una capacidad de unas 30 personas y esta calefactada por una estufa de leña. De vuelta al comedor, donde también hay una estufa y que es muy acogedor, hemos de esperar poco para cenar. Teniendo en cuenta las condiciones, la comida está pero que muy bien y la acompañamos de una botella de vino. El guarda, que es un tío muy enrollado y está pendiente de nosotros, nos pregunta si queremos repetir, si nos ha gustado, etc. También nos informa sobre las posibles rutas de ascenso a los Perics, poniendo una cara extraña cuando se entera que no llevamos raquetas ni esquís. Después nos dice que hay mucha nieve acumulada en esta zona y que avanzar a pie por la misma será lento y agotador. O sea, que mañana lo vamos a pasar en grande…
Mención aparte merece el WC. Se encuentra en una caseta separada unos metros del refugio. Es una pequeña maravilla tecnológica que no precisa agua, pero si fuerza y paciencia para accionar una palanca que hace correr la cinta sobre la que uno hace sus necesidades. Y no cuento mas…
Después de la cena permanecemos un buen rato junto la estufa antes de irnos a dormir. Son las 21.10 h. Fuera la luna ilumina un paisaje nevado donde la enorme pirámide negra del Petit Peric cierra el horizonte. El viento arrastra la nieve polvo de aquí para allá emitiendo un susurro profundo y melancólico. A ver que pasa mañana…
Domingo 19 de Diciembre. Poco después de las 7.00 h David tiene el detallazo de despertarnos uno a uno con una voz suave y sugerente. Una hora mas tarde ya es de día, hemos desayunado y estamos poniéndonos las botas y acabando de montar las mochilas. El guarda nos dice que el día será bueno y no muy frío (entre -2 y -8ºC). Mientras espero al resto del grupo observo  el Petit Peric. La cresta NE (nuestra ruta) casi no tiene nieve. No parece difícil, pero si empinada y elegante. Si conseguimos llegar al pie de la misma (las ingentes acumulaciones de nieve y el ir sin raquetas ponen un punto de duda al respecto) y no hay mucho hielo (otra incógnita) podemos pasarlo bien.
  
A las 8.16 h iniciamos la marcha. Enseguida surge la primera duda ¿Rodeamos el lago por la derecha o lo hacemos por la izquierda? El guarda nos da la solución: “Hay un metro de hielo, podéis cruzar directamente…” La masa helada aguanta perfectamente, pero todos nos damos prisa en realizar la travesía. Continuamos, siempre hacia el oeste, abriéndonos paso por canales y espolones boscosos cargados de nieve blanda. Abrir traza es agradable pero agotador. Nos relevamos en la cabeza del grupo. Primero yo, después Jordi (todo un buldozer), Encarna y por último David. Poco a poco avanzamos dejamos detrás nuestra una trinchera que finaliza en un cordal rocoso situado al pie de la cresta NE del Petit Peric (8.53 h, 2370 m).
 
 
Iniciamos el ascenso de la cresta. Seguimos un sendero que remonta por la ladera de la derecha (N), unos pocos metros por debajo del filo de la arista. La subida es sencilla, casi sin nieve y con poco hielo. Por precaución que no por necesidad, Jordi, Encarna y yo, nos ponemos los crampones. El resto continúan sin ellos y lo hacen sin problemas. Poco a poco remontamos caminando este enorme bastión de 300 metros de altura. El único inconveniente es el viento helado que sopla del norte. El ambiente es soberbio. Las vistas fenomenales…
 
 
 
Sin nada especial que contar, a la 10.00 h alcanzamos la cumbre del Petiti Peric (2690 m). El guarda del refugio (que debe ser un galgo de cuidado) nos dijo que hasta aquí se tarda 1 hora. Nosotros hemos estado 1h 45 minutos y nos parece un horario estupendo. Hacemos fotografías, comemos y bebemos alguna cosa. Observamos el Gran Peric y su cresta oriental, por donde habremos de subir. Ahí si que hay nieve, pero tampoco un exceso…
 
El sol que no calienta y el viento no muy fuerte pero constante, nos expulsan de la cima. A las 10.15 h empezamos a bajar por la cresta oeste. De nuevo un camino, con algún corto tramo de nieve, facilita las cosas y nos permite alcanzar cómodamente la amplia escotadura que separa los dos Perics (10.25 h, 2615 m). Breve alto para ponernos los crampones e iniciamos la subida al Gran Peric (10.35 h). La nieve está bien y poco a poco vamos haciendo. En algún punto apoyamos las manos. El ambiente es alpino y solitario. La subida, siempre fácil, una gozada. Me gusta…
 
 
 
A las 11.12 h alcanzamos la cumbre del Puig Peric (2810 m). Estamos solos. Un fuerte enfriamiento que arrastro de mediados de semana me lleva loco y medio ahogado. Las aspirinas y frenadoles que voy tomando me libran del dolor, pero no del torrente de mocos que sale continuamente de mi nariz, ni de los arranques de tos que me machacan el pecho. Necesitaría unas cuantas dosis de Bisolvón (un jarabe que me va muy bien), pero no dispongo de ese brebaje. Así que he de tener paciencia e ir aguantando. En la cima mas o menos lo de siempre… Ir de aquí para allá mirando y comentando tal o cual cosa. Un paisaje estupendo. Maquinas fotográficas que no paran. Tabletas de chocolate y bolsas de frutos secos que pasan de mano en mano. Cantimploras que se vacían. Carme intentando un automático…Viento y frío, bastante frío… También alegría y satisfacción…
  
A las 11.27 h nos vamos para abajo. Descendemos por donde subimos. Lo hacemos sin prisas y sin detenernos. En poco mas de un cuarto de hora llegamos al collado (11.29 h). Se plantean dos posibles rutas de vuelta. Una es seguir nuestros pasando por la cima del Petit Peric. La otra es bajar del collado al sur por la Coma de la Llosa y dejarla al poco para realizar un flanqueo (NE) rodeando el Petit Peric por terreno casi seco hasta las inmediaciones del lago d’Herbier. Después toca llanear por nieve y entre árboles para alcanzar el refugio. Con el voto en contra de Jordi (que prefiere ir a lo seguro) se decide la segunda opción. Dejamos el collado para bajar (S) por las palas de nieve de la Coma de la Llosa hasta un zona de hierba y rocas desde la que iniciaremos el flanqueo. No ha viento, da el sol y hace rato que queremos hacer una buena parada. Así que nos detenemos para comer, descansar y algunos hasta dormir (12.00 h ,2506 m).
 
Tres cuartos de hora mas tarde reemprendemos la marcha (12.45 h). Dejamos atrás la Coma de la Llosa y la preciosa cresta sur del Puig Peric (que Encarna y yo hemos hecho dos veces, y por donde hoy sube un montañero solitario) para flanquear sin perder altura las laderas de hierba, pedrera y algún que otro nevero, de la cara sur del Petit Peric. Todo va bien hasta que entramos en unas amplias pendientes de nieve dura, donde cada uno aplica su propia solución. Encarna y yo salimos por la derecha hasta unas rocas y nos calzamos los crampones. El resto, mas hábiles y aventureros, bajan resbalando por la nieve confiando en el piolet, su equilibrio y la buena suerte. Todo va bien. Nos reunimos en unas bandas herbosas situadas a media ladera donde nuestros amigos se calzan los crampones. Queremos seguir flanqueando hacia el norte. Pero no es posible. Un poco mas adelante la pendiente de nieve dura se endereza y queda colgada sobre unos cortados. Pero eso no es todo, también queda interrumpida con algunas pequeñas bandas rocosas (13.17 h. 2360 m). Mal asunto… Un centenar de metros por debajo vemos el lago d`Herbier y las zonas boscosas que llevan al refugio. Esta claro que hemos hecho el flanqueo demasiado arriba. Toca enmendar el error. Habremos de recular y bajar hasta el lago.
 
Durante el descenso nos dispersamos. La nieve dura se transforma a medida que perdemos altura. A la altura del lago nos hundimos hasta la rodilla, a veces mas. Dejamos el lago helado a nuestra izquierda y seguimos al sur por un rellano, en busca de una huella de raqueta que hemos visto desde arriba. Poco antes de alcanzarla se rompe un gran bloque de hielo. Los reflejos me salvan. Rápidamente salgo de la trampa sin apenas mojarme. Encarna, que ha sido testigo del incidente, rodea la zona conflictiva con sumo cuidado y se reúne conmigo. Poco después, ya en la huella, nos detenemos en unas rocas para sacamos los crampones (13.34 h, 2226 m). Por detrás Carme y Francesc siguen nuestra traza. No sabemos nada de Jordi y David (han bajado por otro sitio), pero conociéndolos no nos preocupa en absoluto.
 Diez minutos mas tarde nos hemos reagrupado y seguimos en fila india la huella de raquetas que va hacia el norte (marcas amarillas y rojas del Tour del Carlit). Este tramo de la excursión es muy bonito, pero también mas sinuoso y largo de lo que pensábamos. Paciencia… Tras subir y bajar varias montículos con árboles y rodear unas cuantas hoyas y canales, llegamos a la orilla sur del lago de Camporrells. De nuevo aplicamos la regla de la línea recta y pasamos por encima del hielo. La experiencia es bella y estética, pero unos ruidos sospechosos hacen que resulte algo estresante. 
Poco después nos apalancamos al sol en las mesas que hay fuera del refugio (14.29 h). Además del guarda (que esta cerrando la casa) hay un francés de 72 años que, procedente del aparcamiento de la estación de Formigueres, ha venido solo hasta aquí con esquís de montaña. ¡Chapeau por el señor…! Ahora toca descansar, comer algo y preparar las mochilas para la vuelta.
 
A las 15.20 h nos cargamos los petates a la espalda e iniciamos el ascenso de cerca de 200 metros de desnivel hasta el collado situado cerca del cordal la Serra de Mauri. Esta es una de las partes que mas nos preocupa tememos de la excursión, tanto por el estado de la nieve como por el desnivel a superar. Pero los acontecimientos nos sorprenden. Sin prisas pero sin pausa remontamos la cuesta y alcanzamos el flanqueo sobre el valle de la Lladura. Poco después, llegamos al collado (15.53 h).
 
 
Sólo nos queda (y es un buen rato) seguir en sentido contrario nuestro recorrido de ida. Esta vez nos ahorramos la gran lazada inicial. Cuando llegamos a la pista que desciende directa a los edificios de la estación, bajamos sin complejos por el lado de la misma. Hace un buen rato que el sol se ocultó tras las montañas cuando, finalmente, llegamos al aparcamiento (17.00 h). 
El frío aumenta por momentos y nos damos prisa en sacarnos las botas y dejar los trastos en el maletero del coche… Después viene el viaje de retorno a casa, con parada incluida en el Bar Cadí de Guardiola de Berga. Así finaliza esta bonita excursión pre-invernal. No hemos llevado raquetas, pero la verdad es que tal como han ido las cosas tampoco las hemos encontrado a faltar…           



EniEn - Diciembre 2010

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