COBARDES DE LA PRADERA

Cobardes de la pradera. Así nos calificaron (de buen rollo) porque, ante la fuerte ola de frío prevista para el fin de semana, cambiamos la ruta prevista (con noche en tienda sobre nieve a 2600 m) por la ascensión al Turbón (durmiendo cómodamente y calentitos en nuestra casa de Laspaules). Fue una decisión muy acertada. Con un día tan bueno como gélido, realizamos uno de los mejores recorridos invernales de esta preciosa montaña de la Ribagorza. 

TURBON

Fecha	Domingo, 23 de Enero del 2011
Asistentes	Aurora, Africa, Josep, David, Francesc, Encarna y Enric
Zona	Ribagorza - Pirineo Aragonés
Inicio ruta	Casa de la Muria (acceso por pista asfaltada desde San Feliu de Veri)
Final ruta	Idem
Recorrido	Casa de La Muria - Fuente de la Muria - Selvaplana - Canal de Tous- Collada de San Feliu -Cresta N Turbonet – Turbonet - La Portella – Turbón - Valle de San Adrián-Collada de San Feliu-Canal de Tous-Selvaplana-Fuente de la Muria-Casa de la Muria
Noche	No
Material	Invernal. Con nieve abundante y blanda (no fue nuestro caso) llevar raquetas
Dificultad	Técnica	Baja (saber ir con crampones)	Física	Alta
Desnivel (m)	Ascenso	1290	Descenso	1290
Distancia	20.5 Km
Horario	Total	9 h 10 min	Efectivo	7 h 40 min
Climatología	Buen tiempo, viento suave o inexistente, mucho frío
Cartografía	“El Turbón”, 1:25000, Ed.Alpina, (2008-2009)
Valoración	Un excursión fabulosa, que no nos cansamos de repetir
Comentarios	Importante encontrar la senda que sube de la Canal de Tous al Collado de San Feliu

 RELATO

Domingo 23 de Enero. La alarma del despertador suena a las 6.30 h. Un cuarto de hora mas tarde siete zombis se mueven de aquí para allá por el reducido espacio del apartamento. Almorzar, acabar de montar las mochilas…A medida que nos sacamos el sueño del cuerpo, tomamos conciencia de la dura realidad. El termómetro exterior marca -12ºC y queremos subir el Turbón…¿Estamos bien del coco…? Mientras ultimamos los preparativos nos consolamos pensando que nuestra situación sería mucho peor si hubiésemos dormido en tienda. Como nos gusta ser “cobardes de la pradera”…

Aún es de noche cuando partimos de Laspaules. El viaje es corto pero intenso. Cinco kilómetros hasta el Coll de Fades. Tres mas, con algún tramo helado, hasta San Feliu de Veri. En la entrada del pueblo, a la izquierda, sale la pista que va a la casa de La Muria. ¡Sorpresa! La han asfaltado recientemente. Con la única incidencia de una curva cubierta de hielo vivo, y los trescientos metros posteriores muy escarchados, llegamos a La Muria. Nueva sorpresa. El camino-pista que baja hasta el área de picnic de la Fuente de la Muria también está asfaltado. No sé porque, pero no me fío. Aparcamos aquí. La luz del día tiene unos minutos de vida y hace un frío que pela. Africa dice que el termómetro de su coche ha llegado a marcar -15.5ºC. Por suerte la situación ha mejorado notablemente. Ahora sólo estamos a -10ºC…

 

Entre soplidos y tembleques nos calzamos las botas y preparamos para la excursión. Hacia el norte hay algunas nubes que, si se cumple la meteo, pronto desaparecerán. Bien tapados empezamos a caminar (8.10 h, 1420 m). Seguimos el camino-pista recientemente asfaltado. Aparte del cruce del torrente medio helado que precede la zona de picnic, no hay ninguna trampa. Dejamos a la izquierda la fuente de la Muria, las mesas y la casa-barbacoa (8.23 h, 1372 m). Continuamos por la pista. Los primeros cincuenta metros están cubiertos de una gruesa capa de hielo. Los esquivamos por el margen derecho. Poco después llegamos a una bifurcación. El ramal que sigue recto (O) va a San Martín de Veri. Nosotros continuamos por el de la izquierda (S-E). La pista remonta en lazadas una ladera boscosa. Después entra en la llanura de Selvaplana. Cada dos por tres encontramos zonas heladas. Las esquivamos por uno u otro lado, a menudo en precario equilibrio. El día es gélido. El sol, escaso y raquítico, no ayuda. El termómetro que llevo colgado en la mochila no supera los -6ºC. Al cabo de media hora llegamos al lugar donde la pista, tras una larga recta, gira a la izquierda y entra en el bosque (9.00 h, 1500 m). A la derecha un gran hito de piedras señala un camino ancho que se dirige al oeste por un pinar. Continuamos por el mismo.

La nieve dura (y algo de hielo) se alterna con las zonas secas. El avance es algo más cómodo y rápido. Durante un buen rato ganamos altura de forma suave pero continua, siempre a la sombra, siempre con frío. En 20 minutos llegamos al lugar donde el camino cruza la Canal de Tous y gira a la izquierda (9.20 h, 1626 m). Un hito a la derecha nos dice que hemos de continuar por la senda que va por la canal. Esta no tarda en girar a la izquierda (S-O) y se hace mas estrecha, rocosa e inclinada. Poco después sale a la derecha (hito) un camino cuyo inicio es poco evidente. La experiencia de otras veces en que nos lo pasamos de largo (metiéndonos en un buen sarao) nos hace estar atentos y no perderlo. Lo que sigue es sencillo. Simplemente ir por la senda y, sobre todo, no perderla. Subimos por una fuerte ladera boscosa con un par de tramos derecho y helados. Dejamos atrás los árboles para salir a unas amplias laderas de hierba y matas de boj. Los campos de nieve (siempre dura) son mas frecuentes. El camino se hace perdedor. Pero el rumbo de avance (S-O) es muy evidente.  Chino chano, pisando nieve, hierba, a veces alguna pedrera, superamos las campas que llevan al collado de San Feliu, que alcanzamos a las 10.10 h (1915 m). Delante nuestro aparece el prodigioso valle de San Adrián, flanqueado por las paredes y crestas del Turbón (N, derecha) y el Turbonet (S, izquierda). Por fin nos da un sol mínimamente decente. El estómago reclama comida. Paramos a almorzar.

Encarna y yo hemos subido el Turbón muchas veces y por diferentes vías. En todas las estaciones del año, con mucha y poca nieve, con tiempo bueno y no tan bueno. Sólo nos falta hacerlo por la noche…Últimamente acostumbramos a hacerlo con amigos que no conocen esta montaña, que se preguntan el por qué tanta repetición. Además de que está cerca de Laspaules (se ve desde casa) no hay una respuesta concreta. Es como la pasión por una determinada película, una canción, o los huevos fritos. Nunca te cansas de ellos…Tan bello como sorprendente, el Turbón siempre te deja cansado, satisfecho y con incógnitas que te animan a volver. Además, como que raramente se encuentran las mismas condiciones, siempre hay algo del aliciente de una primera vez.

 

Hoy las “variantes” son el frío, el hielo y que la nieve es dura y poco abundante para le época. Pero habrán mas “sorpresas”…La ruta que queremos hacer es una preciosa circular que pasa por las dos cimas principales de la montaña. Primero se asciende el Turbonet por la cresta N. Después se baja al collado de la Portella, para subir el Turbón (o Castillo del Turbón) por su vía normal. El retorno por el fantástico valle de San Adrián. El recorrido no es difícil, pero si largo. No llevamos raquetas. Si como esperamos la nieve se mantiene dura todo ira bien. Si está blanda ya veremos…

 

Permanecemos media hora en el collado de San Feliu. No hay viento. Al sol no hace frío (0ºC). La sensación de paz y soledad es absoluta. Se esta bien aquí. Hemos de hacer acopio de moral para cargarnos la mochila a la espalda y reemprender la marcha (10.40 h). Dejamos a la derecha la senda del valle de San Adrian (por donde volveremos). Nos dirigimos (S-SE) a la ladera ombría que sube al inicio de la cresta del pico de las Aligas (primera cima del cordal norte del Turbonet). Remontamos sin prisas esta cuesta pedregosa salpicada de nieve dura. Un nutrido grupo de sarrios nos observan desde lo alto. Seguro que se ríen de nuestros movimientos torpes y de las patadas que damos para abrir huella. Tras 20 minutos de ascenso alcanzamos la cresta (11.00 h, 2043 m). Recuperamos el sol. Breve alto para reagruparnos y seguimos adelante.

 

Hay dos rutas posibles para subir el Turbonet. Una es por el filo de la cresta (pasos de trepada fácil que hoy estarán helados) hasta el pico de las Aligas y después seguir el cordal hasta la cima. Nosotros optamos por la amplia repisa-valle de nieve que hay a la izquierda (E) de la cresta que, siempre hacia el sur, lleva  al cordal pasado el pico de las Aligas.

Un flanqueo descendente, con un tramo rocoso algo incómodo, nos lleva hasta la repisa. Después se trata de ir subiendo. La capa de nieve es continua y cada vez está mas dura. Hay que ponerse los crampones (11.20 h, 2100 m). Diez minutos mas tarde reemprendemos la marcha con la doble alegría de no resbalar y llevar un kilo menos en el petate. Hay que ser positivo…

 

 

  

Superamos una pala empinada situada en la vertical y a la izquierda (E) del pico de las Aligas. Después un largo tramo horizontal nos lleva a una nueva pala mas larga que la anterior, llena de pequeñas placas de viento. El lugar es de gran belleza pero un tanto inquietante. Sobre todo cuando al pisar notas que el suelo suena a hueco o se hunde levemente. Mas arriba las placas continúan. Pero la pendiente es suave y son menos inquietantes. Con todo, nos sentimos aliviados cuando alcanzamos la cresta-cordal (12.07 h, 2285 m). El pico de las Aligas queda bastante atrás (N). El Turbonet bastante adelante (S). A  nuestra derecha (O) una pared de roca y nieve se precipita durante 300 metros hasta el valle de San Adrián. Al otro lado del mismo (O), una fuerte ladera mixta sube hasta las torres y collados de la cresta norte del Turbón. Su cima se ve demasiado lejos y arriba. Nos queda un buen trecho...

 

 

Continuamos cerca del filo de la cresta hasta una brecha que precede la amplia elevación donde se encuentra la cima. La ladera que sigue es empinada y está cargasa de placas de viento de tamaño pequeño-medio que no nos hacen ninguna gracia. ¡Y el ARVA, la sonda y la pala en casa! Como daban riesgo 1… Tras estudiar la situación subimos por donde nos parece mas seguro. El ruido a hueco se mete en el coco. Pero no pasa de ahí… De nuevo alcanzamos la cresta que ya no abandonaremos. Aun hemos de caminar unos minutos y salvar alguna pequeña elevación, para encontrar el pequeño hito de piedras de la cumbre del Turbonet (12.25 h, 2346 m).

 

 

 

El paisaje es estupendo en todas direcciones excepto hacia el oeste, donde la masa del Turbón tapa las vistas. Nuestros amigos se miran su cima con expresión de desánimo. Les decimos que esta mas cerca de lo que parece. Pero no acaban de creérselo. Vamos de horario.  Si no surge ningún imprevisto acabaremos la excursión con luz…A lo lejos (S-E) distinguimos la Serra del Cadí y el Pedraforca. Mas cerca, vemos loas cimas de Sant Gervàs que visitamos ayer. El termómetro sigue bajo cero, pero al sol la sensación es agradable. Esperemos que no se levante viento…

 

Tras diez minutos de parada abandonamos la cumbre del Turbonet (12.35 h). Con nieve super dura y sin problemas, bajamos por la cresta sur y llegamos al collado de la Portella o Podorruno(12.41 m, 2270 m). El poste señalizador esta cubierto en ¾ partes. Quien decía que no había nieve… Continuamos subiendo suavemente durante unos metros (S-O) por una inflexión del terreno. Hay acumulación de nieve ventada. Al pisarla el paquete se asienta y produce una vibración acompañada de un ruido sordo y profundo. El acojone general hace saltar las alarmas. Pero el problema no esta ahí, si no en una ladera pronunciada llena de placas de viento que se ha de atravesar a continuación…

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Haciendo fotografías me quedo el último y me pierdo el susto. Cuando llego al pequeño collado donde empieza la ladera no entiendo por que todo el mundo se ha parado. Estudio la pendiente de nieve. Me parece menos peligrosa que la que subimos antes de la cima del Turbonet. Además hay una vieja huella de paso que si se sigue no debería producir sobrecargas. Les digo a mis amigos que esperen y empiezo a cruzar la ladera. Aparte de la inclinación, que al ir de lado me hace forzar los tobillo, ni encuentro ni veo ningún problema. Dejo atrás el mal paso (de unos 100 metros de largo) y el resto del grupo empiezan a pasar uno a uno. Salvado el obstáculo nos reunimos, un poco mas adelante, en unas rocas situadas al pie de la pala oriental del Turbón (13.00 h, 2310 m).

Iniciamos el ascenso de la pala siguiendo algunos hitos que sobresalen de la nieve y señalan la ruta normal. La subida es monótona, sin historia. La nieve dura favorece el avance. En un cuarto de hora llegamos al cordal sur del Turbón (13.15 h, 2400 m). Seguimos por el mismo, poco a poco, sin prisas. Tras una tramo en cuesta se ha de pasar por una estrecha arista de nieve. No tiene dificultad, pero al haber caída a ambos lados resulta algo impresionante. Pero la gente controla cantidad. Todos pasan con normalidad. Después la cresta se ensancha y con una breve subida nos lleva hasta la cima (13.35 h, 2492 m).

A diferencia del Turbonet, corre algo de viento. Hay sensación de frío. David y Francesc van a la cercana antecima norte (donde hay una feísima estación repetidora). El resto deambulamos alrededor del poste geodésico. Un viejo cartel de madera donde pone “Castillo del Turbón, 2492 m” deja claro donde estamos. El paisaje es tremendo en todas direcciones, una auténtica atalaya del Pirineo de Benasque y del Noguera Ribagorzana. Hace años, un montañero solitario que encontramos aquí  nos dijo que subía cada verano sólo para ver las vistas. No me extraña…

 

Siempre que subo un pico que antes hice con otra gente me pasa lo mismo. Siento morriña de los que compartieron conmigo un pedacito de su vida en este lugar.  Se me encoje el estómago y se me hinchan los ojos. Y me siento mayor… Reconozco que este ejercicio es algo masoquista. Pero no puedo ni quiero dejar de hacerlo. A fin de cuentas, la vida es un conjunto de recuerdos, algunos buenos, otros no tantos…

El frío nos hace olvidar la idea de comer en la cima. Lo haremos mas abajo, en un lugar mas “confortable”. Tras diez minutos escasos de parada iniciamos el descenso (13.44 h). Me despido de esta cumbre seguro de que pronto volveremos a visitarla. Me pregunto cuando y con quien… Rápidamente volvemos por la cresta hasta el lugar donde salimos de la pala. En esos momentos sube un grupo de 6 franceses. Cuatro (entre ellos una chica muy joven) lo hacen sin crampones y no se les ve nada seguros. Sin comentarios…

Bajamos la pala rápidamente. Enseguida llegamos al lugar donde nos reagrupamos tras la travesía de la ladera que tanto nos preocupó a la subida. Pasamos bajo la misma y nos situamos en lo alto de una canal estrecha y algo pendiente. Por ahí sube la vía de verano procedente del valle de San Adrián. Bajamos por la misma con cuidado. El paso es espectacular y muy bonito. En las caras veo expresiones de disfrute y satisfacción. Y me siento feliz… 

 

 

Continuamos el descenso por el valle de San Adrian. Atravesamos una amplio rellano. Después vamos algo a la derecha, en busca de unas rocas situadas al pie de dos agujas muy características conocidas como Los Encantats del Turbonet. Aquí da el sol y no hay viento. Ideal para detenernos, comer y relajar el cuerpo (14.20 h, 2170 m).

 

 

Tras veinte minutos largos de parada proseguimos el descenso (14.42 h). Los hitos y las huellas de los franceses nos permiten seguir un itinerario que Encarna y yo conocemos sobradamente. Nos encontramos en pleno valle de San Adrián, un lugar inmenso y silencioso lleno de historias legendarias que cuentan los viejos de los pueblos vecinos. La nieve dura nos permite ir rápidos y seguros. Uno tras otro vamos salvando escalones y laderas inclinadas. En algo menos de veinticinco minutos dejamos atrás la zona mas intrincada y llegamos al rellano que esconde bajo la nieve la Fon Fosca (15.05 h, 1970 m). A partir de aquí el valle se allana.

Continuamos por los distintos ramales del camino, en dirección al collado de San Feliu. Ya no hay nieve, sólo hielo. Muy cerca de la horcada cruzamos el río helado y nos quitamos los pinchos. Un breva ascenso en diagonal nos lleva hasta el collado (15.40 h). Breve alto y proseguimos el descenso por camino conocido. A las 16.25 h alcanzamos la pista de Selvaplana. A las 17.10 h estamos en la fuente de la Muria. Diez minutos mas tarde  llegamos a los coches (17.20 h). Game over. La excursión ha terminado.

Cuarenta minutos mas tarde llegamos a Laspaules. Desde la ventana de casa vemos el macizo de Turbón iluminado con las últimas luces del día. Comemos algo. Brindamos por el éxito de la excursión. Recogemos los trastos y emprendemos el largo viaje de retorno a casa. Ha sido fin de semana estupendo. Muy completo y lleno de actividad. Los “cobardes de la pradera” lo han pasado bien y vuelven cansados pero satisfechos. Como tiene ser…

EniEn - Enero 2011