TRAVESIA DEL ANETO

SUBIDA POR EL VALLE DE CORONAS Y DESCENSO POR EL GLACIAR Y LOS PORTILLONES        
  

El verano del 2008 fue prolífico en actividades montañeras. Una de ellas fue la travesía del Aneto que combina las dos vías normales de esta montaña. Anteriormente habíamos subido varias veces al techo del Pirineo por distintas rutas, pero nunca por la de Coronas. Así que la excursión, de por si excepcional, tuvo un aliciente extra. 

FICHA TECNICA 

Tipo Actividad	Ascensión de alta montaña estival
Fecha	Viernes 8 de Agosto del 2008
Asistentes	Encarna y Enric
Zona	Valle de Benasque. Pirineo Oscense.
Inicio ruta	Puente de Coronas (1950 m). Al final de la pista del Valle de Ballibierna que en verano (finales de Junio a mediados de Septiembre) esta cerrada (hay un servicio de autobuses que parte de Benasque o del Llano de Senarta)
Final ruta	La Besurta (1900 m). Al final de la pista del Valle de Benasque que igual que la de Ballibierna, en verano esta cerrada y con autobuses que parten de Benasque o el Vado del Hospital de Benasque.
Recorrido	Puente de Coronas-Valle de Coronas-Ibonet de Coronas-Ibones de Coronas-Collado de Coronas-Antecima del Aneto-Paso de Mahoma-Aneto-Paso de Mahoma-Antecima del Aneto-Collado de Cornas-Portillón Superior-Cresta de los Portillones-Refugio de la Renclusa-La Besurta
Noche	No
Horario	Total	10 h 30 min	Efectivo	8 h 30 min
Cota (m)	Mínima	1900 (La Besurta)	Máxima	3404 (Aneto)
Climatología	Buen tiempo
Nieve-hielo	Sí. Neveros helados tanto a la subida como en la bajada por el glaciar del Aneto
Desnivel Acum (m)	Ascenso	1470	Descenso	1510
Distancia (Km)	15.7
Dificultad global	Alta
Dific.Física	Muy Alta
Dific.Orientación	Media. La línea general de avance es clara pero se ha de adaptar a las condiciones del terreno.
Dific.Psicológica	Alta. Fuerte exposición en el paso de Mahoma (muy aéreo). Neveros empinados en la subida por Coronas y en la tramo que sigue al collado de Coronas que pueden impresionar.
Dific.Técnica	Media-Alta. Breve trepada (I/I+) para acceder al collado de Coronas y en el Paso de Mahoma. Tramos prolongados sobre neveros a  menudo helados que piden cierta práctica con los crampones y el piolet.
Material	Alta montaña estival. Crampones, piolet y un cordino (por si acaso…)
Cartografía	“Aneto Maladeta, E-25”, 1:25000, Ed.Alpina, 2010 “Aneto-Maladeta, TOP25”, 1:25000. Ed.Prames, 2009
Bibliografía	Hay montañas de reseñas que describen esta travesía (Guías e Internet), pero recomendamos: “Aneto, 5 vías a la cumbre”,Rutas 1 y 2, David Atela, Ed.Desnivel, 2009
Valoración	Magnifica y muy clásica travesía de alta montaña que alcanza el techo de los Pirineos enlazando las dos rutas normales de la montaña. Ambiente sublime y vistas enormes.
Comentarios	Un recorrido imprescindible que nos dejará mas que satisfechos. Normalmente se encuentra mucha gente Atención a los cambios del tiempo. Si el cielo se lía mejor darse la vuelta y volver otro día Sin experiencia en alta montaña mejor ir acompañado con alguien que la tenga o contratar un guía.
Con perros…	Mejor que no… Hace años vi un perro en la cima. Era muy pequeño y había hecho parte de la ruta (Paso de Mahoma incluido) en la mochila de su amo…
Track (en formato gpx):
http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=5704269

El desnivel y la distancia se obtienen a partir del track con Garmin BaseCamp

La estimación de la dificultad se realiza considerando la actividad como excursión/ascensión y no como escalada.

Si la actividad comporta escalda u otra disciplina técnica, se indica específicamente

CARTOGRAFIA

CRONICA 

Nunca me he sentido motivado por las vías normales del Aneto. Demasiada gente, demasiado bullicio, demasiadas escenas imprudentes y peligrosas… Durante años centré mi interés en el mas notable de los itinerarios alternativos de esta montaña, la cresta de Salenques-Tempestades. En Julio de 1982, después de varios intentos (la mayoría de los cuales finalizaron en el pico Margalida o en el Tempestades), conseguí por fin mi objetivo y alcancé la cumbre del techo de los Pirineos por este gran recorrido. Posteriormente volví a subir varias veces el Aneto, casi siempre con esquís y por la vía normal del Portillón Superior. En invierno o primavera esta ruta, aunque sigue siendo concurrida, aún es mas bonita y alpina. Mis dos últimas ascensiones volvieron a ser por la misma vía durante los veranos de 1995 y 1997. Fui con gente de la comunidad El Pradillo de Sesue-Valle de Benasque (donde por aquel entonces tenía una casa). En la segunda de estas excursiones vino una chica muy maja llamada Encarna…

Han pasado once años. Va siendo hora de hacer una nueva visita al techo de los Pirineos. Además, la próxima semana vamos a Granada para hacer la travesía integral de Sierra Nevada (Mulhacén incluido) y nos hace gracia ascender las dos montañas mas altas de la península con pocos días de diferencia. Así que decidimos cambiar  nuestro planning montañero de este verano para ir al Aneto. Lo haremos en travesía, subiendo por Coronas y bajando por la Renclusa, un recorrido bonito e interesante que no hemos hecho.

Laspaules, jueves 7 de Agosto del 2008. Nos levantamos a las 3.30 h. Medio dormidos nos vestimos, desayunamos, montamos en el coche y partimos hacia Benasque donde llegamos a las 4.50 h. Con gran puntualidad, a las 5.00 h llega el autobús todo terreno que va a Ballibierna. Es el mismo coche y el mismo conductor peruano de unos días atrás, cuando fuimos a hacer los picos de Tempestades y Margalida . Conociendo la pericia de este hombre nos sentimos bastante tranquilos. Además de nosotros, suben en el bus otras quince personas. La mayoría quieren ir al pico de Ballibierna, los otros al Aneto, como nosotros.

El viaje transcurre sin incidentes. Pocos minutos antes de las 6.00 h ya estamos en el puente de Coronas. Bajo la luz de los frontales acabamos de prepararnos. A las 6.02 h empezamos a caminar (1950 m). El pronóstico dice que hoy será un día estable, con algunas nubes pero sin riesgo de lluvia. Mientras caminamos por la pista pedregosa observo el cielo. Lucen algunas estrellas y me siento tranquilo. Vamos a buen ritmo. Antes de llegar al desvío del camino del valle de Coronas ya hemos adelantado dos grupos que salieron algo antes que nosotros. La cadencia de marcha se mantiene en la subida a los lagos. Sin correr pero sin parar, en silencio, siempre con el mismo paso...

El día clarea cruzando la pedrera que hay antes de la cascada que baja del Ibonet de Coronas. Apagamos las linternas cuando llegamos a la altura del mismo (6.40 h, 2240 m). Un grupo de jóvenes que intentaba darnos caza se detiene resoplando, algo que me produce una perversa satisfacción. Sin inmutarnos, mirando atrás con el rabillo del ojo, con una media sonrisa en los labios, enfrentamos el ascenso de la larga y empinada ladera de hierbas y piedras que tenemos por delante. El día nace con un cielo azul que enseguida se vuelve agrisado. A lo lejos el macizo del Cotiella, que normalmente se tiñe de naranja con los primeros rayos de sol, está rodeado de un ambiente oscuro. Mucho mas cerca,sin saber de donde, surgen algunas nieblas que acarician la cumbre del Ballibierna y ocultan las partes altas de la cresta de Llosas. Sorprendido por el rápido empeoramiento del tiempo salta una alarma en mi interior.

Flanqueos, lazadas, saltos por las bloques rocosos, subida en adherencia por las losas de granito… Todo vale con tal de hacer mas llevadera la dura subida. A las 7.30 h llegamos al Ibón Inferior de Coronas (2620 m). El ambiente es gris, ventoso, desagradable… La senda remonta hasta una cresta rocosa que domina el lago y sigue al NO por lo alto de la misma. Al fondo el pico de Aragüells, la Aguja Juncadella y la cresta que le sigue hasta la cima del pico Maldito (Cresta de Coronas) se muestran con un color apagado, sin contraste, recortadas sobre un fondo gris. Giramos a la derecha. Una breve bajada seguida de una corta pero fuerte subida nos llevan hasta la orilla sur del Ibón del Medio de Coronas (7.55 h, 2750 m).

En contra de lo esperado no hay tiendas. Tampoco gente. Estamos solos en un lugar muerto, rodeados de un ambiente inhóspito y amenazador. Por delante (NE) el Aneto, el collado de Coronas y la cresta de los picos de Coronas y del Medio, aparecen y desaparecen tras una niebla que se mueve a gran velocidad. El viento es frío y cortante. Hacemos un breve alto para abrigarnos y comer una barrita energética. Es la primera parada “seria” que hacemos desde que dejamos el puente de Coronas. No nos gusta lo que vemos. Esta claro que, una vez mas, los de la meteo la han cagado. Dudamos entre seguir o darnos la vuelta. Continuar en estas condiciones es una tontería. Pero es tan pronto… Además no llueve. ¿Y si la cosa mejora? No hay suficientes argumentos para justificar la retirada. Seguimos subiendo…

Rodeamos el ibón por la derecha. Cruzamos un par de pequeños neveros. La nieve está durísima. Miro hacía arriba. La enorme pedrera que sube al collado de Coronas presenta varios tramos nevados que por narices habremos de atravesar. No hay problema. Llevamos los crampones, el piolet y hasta una cuerda de 12 metros, por si acaso… Dejamos atrás el lago intermedio y nos dirigimos al superior caminando sobre losas de granito de color beige. El cielo está negrísimo. Unas decenas de metros antes de llegar al último ibón empieza a llover. Es la señal que estábamos esperando. Son las 8.10 h y nos encontramos a 2770 m. A tomar por saco el Aneto. Nos vamos para abajo y que les coja una buena cagarrina a los capullos que dijeron que el tiempo sería estable…

Bajamos sin prisas. Llevamos equipo para la lluvia, por lo que esta no nos preocupa. A nadie le gusta retirarse y no somos una excepción. Caminamos en silencio, sin separarnos, cada uno encerrado en sus pensamientos. Llegando al Ibon Inferior nos cruzamos con dos parejas que salieron a la vez que nosotros. Van muertas y se les ve poco convencidas. Nos preguntan cuanto queda hasta el lago. Les decimos que unos 20 minutos. Al enterarse  de que nos hemos dado la vuelta por el tiempo miran el cielo sin saber que hacer. En ese momento la lluvia se intensifica. Les damos ánimos para que continúen hasta el ibón del Medio. Después de la subida que han hecho sería una lástima irse sin verlo, aunque sea lloviendo. Nos despedimos y seguimos bajando. Unos minutos mas tarde nos giramos y vemos que siguen hacia arriba. Han hecho bien…

Durante el descenso nos cruzamos con mas gente. Unos con caras temerosas, otros la mar de felices. Sentimos que nos miran con una mezcla de extrañeza y curiosidad. A nosotros nos da igual.. Antes de alcanzar el Ibonet de Coronas cesa la lluvia. Mas abajo los nubarrones empiezan a abrirse. Llegando al puente de Coronas el cielo es un collage de nubes y claros y luce el sol. El viento se lleva las nieblas de lo alto de las montañas. Son las 10.00 h, hemos acabado nuestra incursión (no excursión) y nos sentimos engañados. Durante las dos horas que faltan para que salga el bus el tiempo va a mejor y queda un día radiante. Tal como decían los pronósticos…

Tumbados sobre la hierba al lado del río, comemos, bebemos y nos lamentamos de nuestra mala suerte. También mantenemos una lucha feroz y desigual contra los feroces mosquitos y unas enormes hormigas. Triste final para una tentativa desafortunada… Pero hay algo que Encarna y yo tenemos muy claro. Esto no termina aquí. Mañana volveremos a intentarlo…

                             

Viernes 8 de Agosto del 2008. A las 8.05 h volvemos a encontrarnos junto el Ibón Superior de Coronas (2770 m) . El cielo esta limpio de nubes, el sol ilumina las cimas de las montañas y sopla un viento que hiela el alma… Aparte del tiempo, hasta ahora el día es una copia del de ayer excepto en dos cosas. 

La primera es que no estamos solos. Una pareja de vascos han subido detrás de nosotros y ahora han tomado la delantera en la subida al collado de Coronas. Hay mas gente que viene por detrás. Unos franceses que han dormido junto el Ibón del Medio. Otro grupo ha salido del collado que separa el pico Aragüells y la Punta Juncadella (deben de haber hecho noche junto el lago de Cregüeña). Por último un solitario que no se de donde viene y que camina a toda leche.

La segunda ha sido el viaje en el bus. En vez del chófer peruano que tanta seguridad nos daba, hoy ha venido un negro muy oscuro que suponemos acaban de contratar. El hombre, que habla muy poco español, es la primera vez que llevaba este autobús y subía al valle Ballibierna. Le acompaña otro conductor, un hombre entrado en carnes, de unos 50 y pico de años, con grandes orejas y cejas prominentes (razón por la que le bautizamos como el “cejas-orejas”) que actúa como instructor. El viaje es una prueba de nervios para los cinco sufridos pasajeros y el copiloto. En varias ocasiones el vehículo hace maniobras extrañas. En un momento el bus esta a punto de salirse de la pista porque el conductor se inclina a un lado y deja de mirar hacia delante (dijo que buscaba la palanca del 4x4)… No me puedo aguantar y le doy un fuerte grito de miedo y de cabreo, mientras que el resto de la gente aprieta los puños y las mandíbulas. ¡Menudo susto! Quien haya recorrido la pista de Ballibierna sabrá que es el lugar menos apropiado para familiarizarse con un autobús 4x4, aún menos de noche y yendo con gente… Una actuación de la compañía de autobuses que me parece increíble, irresponsable y peligrosa… Cuando finaliza el viaje estamos agotados por el miedo y la tensión que acabamos de pasar. Encarna, yo y la pareja de vascos tenemos claro que hoy se ha de hacer la travesía como sea. Cualquier cosa antes que volver a tomar el autobús… El quinto pasajero, un mañico con aspecto de cura que al ir al Ballibierna ha pagado el billete de vuelta, y por tanto deberá volver en el bus, se resigna y mira al cielo como si pidiera ayuda. Nos despedimos del mismo y le deseamos lo mejor…

Tras un breve alto para abrigarnos y comer algo reemprendemos el ascenso. Para alcanzar el collado de Coronas hemos de superar una larga y empinada ladera pedregosa  interrumpida por varios neveros. Un rastro de paso facilita la subida por las piedras que se hace mas corta de lo que pensábamos. El problema son los campos de nieve. No son extensos, pero están tan duros que nos obligan a calzarnos los crampones con la consiguiente pérdida de tiempo. Pero no hay prisa y aprovechamos estas paradas para fotografiar la vertiente occidental del Aneto, donde la canal que alberga el corredor Estasen esta parcialmente seca. El último nevero es el mas largo. Nos da algún problema al encontrarnos un viento racheado, nieve muy helada, una fuerte inclinación y, sobre todo, por que no empleamos el piolet que llevamos en la mochila… Mas arriba toca remontar un tieso e  incómodo tramo de pedriza suelta para llegar al pie de la corta pared que defienden el acceso al collado. Superamos el muro con una fácil trepada (I) en la que, con un trazado en zeta, encadenamos varias terrazas separadas por cortos muros rocosos.

A las 9.45 h alcanzamos el nervio de nieve helada del collado de Coronas (3190 m). A nuestra izquierda, un poco por debajo, está el pequeño ibón medio helado característico de este lugar. Parapetados tras unas rocas volvemos a ponernos los crampones (es la cuarta vez que lo hacemos en lo que va de subida). Después iniciamos la última parte de la ascensión.

Un flanqueo por la ladera nevada nos lleva hasta la traza de la ruta que viene del Portillón Superior. Al ser pronto aún no hay mucha gente, pero vemos cantidad de grupos que se aproximan por la huella que atraviesa el glaciar. Sin detenernos empezamos a subir por la fuerte pendiente que lleva a la antecima del Aneto. La huella esta muy marcada, pero la gran dureza de la nieve, que en algunos tramos es hielo puro en el que los crampones solo arañan la superficie, aconseja ir sin prisas y con cuidado. A fin de cuentas esta es una de las zonas del Pirineo donde hay mas accidentes. La nieve se acaba una veintena de metros por debajo de la antecima. Nos sacamos los pinchos y seguimos por bloques de granito hasta la misma. Aquí si que hay gente, y en el Paso de Mahoma también. Como esto irá a mas no perdemos un instante. Dejamos las mochilas y los bastones y, en cuanto queda mas o menos despejada, nos metemos en la arista sin encordar. Después de tantos años la encontramos igual que siempre, fácil si la coges bien y no te dejas impresionar por los cortados que hay a ambos lados. En un par de minutos dejamos el paso atrás y alcanzamos la cima del Aneto (10.46 h, 3404 m).

Una brisa suave y el sol hacen que la temperatura sea muy agradable. Además hay poca gente, diez personas como máximo. Alcanzar el techo del Pirineo siempre es una experiencia agradable que produce una gran satisfacción. Nos sentimos contentos de estar aquí, orgullosos de haber tenido la moral de repetir después del intento frustrado de ayer. Contemplamos y fotografiamos el paisaje. Un enorme mar de nubes que se extiende hacia Francia. A modo de islas, del mismo emergen algunas montañas. El “mobiliario” de la cumbre no ha variado desde la última vez que estuvimos aquí. La enorme cruz de aluminio remachado con sus cables tensores, su inscripción, pegatinas y banderolas, la replica de la virgen del pilar, el poste geodésico, las zonas de vivac… Todo esta igual que hace once años, y doce, y catorce, y dieciséis, y veinte… ¡Joder, que mayor me siento…! 

El tiempo pasa volando. Sin darnos cuenta llevamos casi media hora aquí arriba. Como siempre, la cima del techo del Pirineo es un devenir de gente que llega y se va. Vemos un grupo muy numeroso que alcanza la antecima y mira atentamente el Paso de Mahoma. No tardarán en meterse dejándolo colapsado. Antes de que esto ocurra  decidimos largarnos.

Siempre me ha parecido que de vuelta el Paso de Mahoma es algo mas fácil. Hoy no lo tengo tan claro. La anécdota ocurre cuando estamos a mitad de la arista. Alguien de la cumbre empieza a tocar la gaita y la montaña toma un aire festivo. Entre la música, la gente, las risas, los gritos y los comentarios, la situación me recuerda a una feria de pueblo, y no me disgusta… Poco después volvemos a encontrarnos en la antecima. Sacamos las bolsas de comida de las mochilas y, mientras contemplamos el espectáculo del personal, que de mil formas distintas, camina, salta, se arrastra, contornea, grita, llora, maldice, pasa o se retira del Paso de Mahoma, nos obsequiamos con un buen almuerzo. Después recogemos los trastos y, tras despedirnos de la gente que tenemos al lado, iniciamos el descenso. Son las 11.40 h.

El sol ha reblandecido algo la nieve. Esto facilita la bajada, pero seguimos yendo despacio y con cuidado. Nos cruzamos con un grupo de jóvenes que sin crampones ni piolet suben por la traza resbalando a cada paso. Ignorantes del riesgo que corren ríen y se lo pasan bien. Viendo estas cosas pienso que el Angel de la Guarda existe y que, gracias a él, no ocurren mas accidentes…  Sin ningún problema llegamos al collado de Coronas (11.52 h). Nos encontramos con el grupo de franceses que durmieron en el Ibón Medio de Coronas. Acaban de llegar y se preparan para atacar la cima. Del resto de gente que iba detrás nuestro no vemos a nadie. Posiblemente se han dado la vuelta en los empinados neveros de nieve helada…

Habíamos pensado volver por la ruta directa que desde aquí baja recta por el glaciar al valle de Barrancs y Aigualluts. Pero hay grandes zonas de hielo gris y alguna grieta. Así que, de nuevo aplicando un criterio de prudencia, decidimos seguir la vía normal del Portillón Superior. No es una buena decisión. También nos encontramos con una amplia zona de hielo. Además, hemos de realizar un largo y pesadísimo flanqueo por una pedrera de enormes bloques. Nos lo tomamos con calma y filosofía, haciendo una prolongada parada cuando dejamos la nieve para entrar en el canchal. El hecho de que el autobús que baja a Benasque salga de la Besurta a las 17.00 h (hay otro a las 13.30 h pero es demasiado pronto) nos da un amplio margen. A las 13.50 h llegamos al Portillón Superior (2880 m). Como acostumbra a pasar esta concurrido, pero menos que otras veces...

Tras un breve descanso reemprendemos el descenso. Lo hacemos chino chano por la senda de la cresta de los Postillones, un itinerario rebuscado y sinuoso que, si no hay nieve, siempre me ha parecido el menos malo de todos los posibles. La bajada, primero un largo flanqueo, después un descenso mas o menos directo, transcurre por empinadas laderas cubiertas de pedreras de granito y tramos de hierba. El problema es que se puede ir por casi todas partes, pero no con la misma comodidad. Se ha de buscar el mejor itinerario (hitos a mogollón) que nos permita esquivar con facilidad los numerosos muros, canales y contrafuertes verticales. El hecho de haberlo recorrido en otras ocasiones nos da una ventaja sobre otros muchos grupos que deambulan por la ladera buscando por donde ir, los cuales no dudan en seguir nuestros pasos. Con todo, y a pesar de conocer el terreno, en varios lugares nos embarcamos mas de la cuenta, nosotros y la larga procesión que llevamos detrás. Luce un sol de tarde y no corre nada de aire. El calor sofocante y la visión del refugio de la Renclusa, que nunca acaba de acercarse, minan la moral de cualquiera. Finalmente llegamos al mismo cuando el depósito de la paciencia ya ha entrado en la situación de reserva (15.55 h, 2140 h). “Nunca mas”, nos decimos el uno a otro, pero sabemos que habrán mas veces…

Después de un montón de años en obras el refugio parece acabado. Se ve enorme, con gente a porrillo por todas partes. Percibo que los alrededores están mas limpios, con menos restos de obra y porquería que otras veces. Tampoco noto el olor desagradable que siempre hacía aquí. Me alegro de que la cosa esté mejor, aunque sigue sin gustarme el lugar. Una manía que viene desde mi primera visita al refugio, hace mas de 30 años, que ha hecho que nunca mas haya entrado en el mismo. Hoy tampoco lo hago. Pasamos de largo para tomar el camino que nos lleva a la Besurta en medio de un ambiente turístico y festivalero, donde vemos personas y escenas curiosas…

A las 16.25 h llegamos a La Besurta (1900 m). Aquí si que hay gente, la mayoría esperando el autobús. El nuestro aún tardará en llegar, por lo que buscamos una sombra para comer, descansar, ordenar la mochila y recomponer nuestro aspecto. Con gran puntualidad, a las 17.00 h parte el bus que baja a Benasque repleto de gente y mochilas. Reconocemos el conductor. Es nuestro amigo el “cejas-orejas”. Parece que sobrevivió a la prueba… Pero aquí no acaban las sorpresas. En la parada de Senarta sube el mañico con aspecto de cura. El hombre nos ve y viene a saludarnos. Le preguntamos por la bajada en el autobús con el chofer “moreno”. Con una amplia sonrisa nos dice que ha sido un auténtico “deporte de riesgo”… 

A las 5.45 h llegamos a Benasque. Sin perder un instante cogemos el coche y volvemos a Laspaules. La excursión ha sido larga, dura y nos sentimos cansados. Nos gustaría ducharnos, tumbarnos y dormir (no hemos parado desde las 3.30 h de la madrugada). Pero de los tres deseos hemos de contentarnos sólo con el primero… Hora y media mas tarde ya hemos colocado todos los trastos en el coche y partimos hacia Begues, donde después de parar a cenar, llegamos a las 0.30 h. Nos vamos a dormir pasadas la una de la madrugada.

Curiosamente, aunque hace sólo unas horas que la finalizamos la ascensión al Aneto nos parece algo lejano. Nuestra travesía en dos actos ha pasado a formar parte del archivo de excursiones raras y difícilmente repetibles. Mañana por la noche partimos en tren hacia Granada para hacer la travesía integral de Sierra Nevada, y aún hay mucho por hacer y preparar. Seguro que también será un día ajetreado, como todos los de las vacaciones de este año. A este paso, cuando dentro de dos semanas vuelva al curro, estaré hecho polvo. Pero no me preocupa. Por lo menos entonces podré descansar… ¡Viva el trabajo!

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EniEn- Decembre 2013