Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

viernes, 24 de febrero de 2012

FANTASMA DE JUVENTUD

ROC BLANC
El Roc Blanc es una preciosa montaña del Pirineo Oriental francés que nunca quise subir. El motivo hay que buscarlo muchos años atrás, en un desgraciado accidente que sufrió un chico de mi barrio. Fue en invierno, en los flanqueos que hay cerca de la cima. La noticia me impactó tanto que me planteé dejar el montañismo. No lo hice. Pero el Roc Blanc quedó borrado de mi lista de posibles objetivos...

No volví a pensar en este fantasma de mi juventud hasta finales del año 2006. Primero leí la reseña de su vía normal en una guía de montaña. Después la tentativa invernal de unos amigos, cuyas fotografías me dejaron extasiado. El Roc Blanc había vuelto a aparecer en mi vida, y estaba claro que mas pronto que tarde intentaría su ascensión…

La decisión fue repentina. Un viernes de principios de Enero del 2007,de madrugada. Así, de sopetón. La ausencia de nieve de aquel invierno, la subida de la temperatura de los últimos días, y la modesta altura de la montaña (2542 m), me hicieron creer que la ruta normal estaría casi seca y sería mas asequible. Además, se anunciaba tiempo estable...



Fecha
Domingo, 14 de Enero 2007
Asistentes
Montse, Jaume, Encarna, Enric
Zona
Pirineo oriental francés.Capcir-Ariege
Inicio ruta
Refugio de Laurentis. Se llega por una pista asfaltada que sale a la izquierda de la crtra D-16, a la salida del pueblo de Le Mas.
Final ruta
Recorrido
Refugio Laurentis - Lago Laurentis – Collado Laurentis – Roc Blanc – retorno por el mismo itinerario
Noche
Albergue du Donezan, Querigut (Francia)
También en el refugio de Laurentis (libre), si hay sitio…
Horario
Total
 9 h
Efectivo
6 h 45 min
Cota (m)
Mínima
1616 (refugio de Laurentis)
Máxima
2547 (Roc Blanc)
Climatología
Buen tiempo. Frío.
Nieve-hielo
Nieve continua a partir de 1950 m (según la zona dura o reblandecida). Mucho hielo en el camino del lago de Laurentis.
Desnivel (m) (1)
Ascenso
 1000
Descenso
 1000
Distancia (Km)(1)
11.7
Dific.Física
Alta (al esfuerzo físico ha de añadirse la tensión de algún tramo algo escabroso)
Dific.Orientación
Baja (ruta evidente y balizada)
Dific.Psicológica
Media-Alta (tramos en nieve algo expuestos,cresta sencilla y algo aérea, sensación de aislamiento)
Dific.Técnica
Media (pendientes nieve max 40º/45º, trepada fácil)
Material
Alta montaña invernal. Crampones y piolet.
Cartografía
“Axat-Querigut”, Carte de randone, IGN, 2248 ET , (2000)
Bibliografía
“Pirineu Blanc”, Oriol Guasch, pags 154-161,Colección La butxaca de Muntanya, SCP
“Pirineos 100 cumbres”, Jordi Longás, Itinerario 6,(2003), Editorial Desnivel
Valoración
Ascensión técnicamente fácil y físicamente no demasiado exigente, pero con algún pasaje algo delicado. Alpina, muy bonita y con gran ambiente.Grandes vistas.
Comentarios
Dependiendo de la cantidad y estado de la nieve valorar que ruta es mejor, si la de verano (la que seguimos nosotros) o la de invierno (por el fondo del valle).
Del collado de Laurentis a la cima puede seguirse la senda o subir directamente a la punta N-O para seguir hasta la cima principal (trepada algo aérea por cresta de bloques, pasos de I/II)
No olvidar la cámara fotográfica.
Con perros…
Sin nieve ningún problema (camino) hasta le trepada final a pocos metros de la cima.
Con nieve no nos parece una ruta idónea. En todo caso dependerá del perro y de su amo….
Track (en formato gpx):
(1) A partir del análisis del track con Base Camp

Sábado 13 de Enero 2007. Llegamos a Sallent a las 17.15 h. Jaume y Montse hace rato que esperan. Continuamos el viaje en su coche. A las 19.40 h entramos en el pueblo francés de Querigut. Enseguida localizamos el pequeño Albergue du Donezan donde hemos reservado habitaciones. Los hosteleros nos están esperando. No hay mas clientes…

Después de cenar damos un paseo nocturno por el pueblo. La mayoría de las casas están cerradas. La falta de nieve está causando estragos en el turismo de esta y muchas otras zonas del Pirineo. Llegamos al pie de la gran roca donde se asientan las ruinas del Castillo de Querigut. Casi a tientas, subimos al mismo por un empinado sendero equipado con pasarelas y escaleras metálicas. El lugar es un mirador de excepción del pueblo, que visto desde aquí se ve bastante mas grande de lo que pensábamos. “Por lo menos ya hemos subido algo”, pienso para mí. No puedo evitarlo. El miedo al fantasma me atenaza...

Domingo 14 de Enero 2007. Pasan unos minutos de las 7.30 h cuando bajamos al comedor del albergue para desayunar. No tengo hambre y como lo justo. Sobre las 8.00 h partimos en el coche. La mañana es muy fría. Un cinturón de nubes cubre el valle un centenar de metros mas arriba. 

Seguimos (N) la carretera D-16 hasta el cercano pueblecito de Le Mas. En la salida del mismo tomamos una pista asfaltada que sale a la izquierda (indicador de pista forestal de Laurenti). En unos 7 Km de suave ascenso entre abetos con algún tramo helado, llegamos al pequeño refugio de Laurenti. Está situado en un pequeño claro del bosque, a la derecha de la pista y junto al río de Laurenti. Sorpresa y decepción. Pensábamos que el lugar estaría desierto (hasta nos habíamos planteado la posibilidad de dormir aquí). No es así. Hay varios coches aparcados y la casa esta llena de gente. Los preparativos son rápidos. En unos minutos empezamos a caminar (8.30 h, 1616 m).

Unos metros mas allá de donde hemos aparcado, el suelo se transforma en una lengua de hielo que cubre el puente sobre el río. Salvamos el cauce por otro puente mas pequeño. Ya en el otro lado, cruzamos con cuidado el piso helado de la pista. Enseguida llegamos al inicio del camino del lago de Laurentis (cartel). La senda,ancha y pedregosa, está señalizada con marcas amarillas y rojas. Siempre va a la derecha del río, por un denso bosque de abetos que forma cortos escalones de fuerte pendiente. No tardamos en encontrar un tramo obstaculizado por una gruesa capa de hielo. La esquivamos como y por donde podemos. Después, los sectores helados, mas o menos extensos, se hacen habituales. 

Después de tres cuartos de hora de ascenso, llegamos a un claro (9.15 h, 1840 m). Al SO, por encima de los árboles, surge la parte superior de una enorme pirámide de roca y nieve recortada contra el cielo azul. Un escalofrío me recorre el espinazo. Por primera vez el fantasma se muestra ante mis ojos. Volvemos al bosque. El espectro desaparece de mi vista y me siento mas tranquilo.

A las 9.35 h llegamos al lago de Laurentis (1936 m). Nos desviamos unos metros del camino para ir a su orilla oeste, junto a la salida de aguas. El lugar me parece de los mas bonitos y alpinos que conozco. El lago tiene una forma mas bien redondeada, es bastante grande y está totalmente helado. En la orilla opuesta, un valle nevado, salpicado de  pedreras, abetos y pinos negros, se eleva al suroeste flanqueado por la abrupta muralla rocosa del pico de la Tribuna, al sur, y de los empinados contrafuertes que se desprenden de los picos de Baixoullade y Roc Blanc, al norte. El sol ilumina las partes altas de las montañas. El valle en sombra contrasta con el blanco-gris-azulado del paisaje, que se refleja la superficie del lago. Las formas, colores, tonos y motivos del entorno, guardan una armonía que roza la perfección.  

El paisaje es formidable. Pero nuestras miradas se concentran en el Roc Blanc, cuya vertiente sur, abrupta y empinada, empieza al otro lado del lago. El fantasma se muestra en toda su amplitud y enseña sus defensas. Nuestra vía de ascenso no va por esta cara (menos mal), sino que la rodea por la izquierda hasta alcanzar el collado de Laurentis, situado mas  al oeste. No puedo evitar una sensación contradictoria de miedo y atracción. Me equivoque al creer que casi  no habría nieve. Hay y forma una capa continua por encima de los 1950 m. El marrón está servido. Ahora sólo queda comérselo e intentar que no se nos indigeste...

Tras unos minutos de parada volvemos al camino. Pasamos junto un grupo de franceses que están parados junto a unas piedras. La senda rodea el lago por la derecha, muy cerca de la orilla. Continuamente descubrimos rincones de gran belleza dignos de una postal. No tardamos en llegar a la orilla oeste. Amplias zonas herbosas salpicadas de pinos negros y algún que otro riachuelo helado. Cruzamos un cauce de hielo por un puente. Empezamos a encontrar nieve bien dura... 

Seguimos una vieja huella que va por el camino de verano (marcas azules), subiendo por la vertiente derecha del valle. Desestimamos la ruta de invierno (que va por las pedreras heladas del  fondo) por que nos parece mas lenta y delicada.Tras atravesar con cuidado un pequeño canchal (hay una fina capa de hielo sobre la roca) ascendemos en diagonal por las laderas inferiores de la cara sur del Roc Blanc. Pasamos por zonas pendientes y otras mas llanas. La nieve sigue dura, pero poniendo atención se puede ir sin crampones. Poco a poco nos alejamos del lago. Ganamos altura sobre el fondo del valle. La ascensión transcurre sin incidencias. Hasta que doblamos un contrafuerte herboso... Al otro lado una pequeña y empinada canaleta (40-45º) de nieve helada nos barra el paso (10.45 h, 2090 m). No es dificil de cruzar, pero queda colgada y da algo de yuyu. Nos detenemos para sacar el piolet y ponernos los crampones. Mientras tanto llega el grupo de franceses. Al vernos con los pinchos ponen cara de suficiencia y parecen extrañados. Pero tras inspeccionar la canal siguen nuestro ejemplo.

Siempre hemos pensado que nuestros vecinos son maestros en las rutas de nieve y hielo. Por esto, y porque preferimos esperar a que nos esperen, les decimos que pasen primero. No se hacen de rogar... Unos suben con estilo, otros no tanto. Todos salvan el paso rápidamente y sin problemas. Nosotros ni vamos tan rápidos, ni somos tan diestros. Realmente la canal no es difícil. Los crampones y el piolet agarran muy bien, la ladera no es excesivamente pendiente y el paso (una treintena de metros) es corto. Pero si uno no se siente seguro en este tipo de terrenos, no lo pasa demasiado bien…

Después de la canal, seguimos subiendo en diagonal por laderas inclinadas. Al fondo los espolones y aristas  nevadas del pico de Baixoullade le dan un aire muy alpino. Tras superar un corto resalte muy tieso de nieve dura (que a diferencia de la canal no es aéreo y queda protegido) llegamos a un cordal horizontal. Delante (NO) tenemos la pala de acceso al collado de Laurentis (11.32 h, 2265 m). A nuestra izquierda (S) unas canales anchas y pendientes descienden al fondo del valle. Por ahí es por donde sube la ruta de invierno. Nos parece mas fácil y menos expuesta que el recorrido que hemos realizado. Los franceses nos reciben ruidosamente mientras toman el sol tumbados en unas piedras. Aquí nos separamos. Ellos bajan (SO) unas decenas de metros para alcanzar una ancha canal que sube a la cresta noreste del Baixoullade. Nosotros iremos al NO.

Desde abajo la subida al collado de Laurentis parece corta y poco complicada. Una pala de nieve ancha, razonablemente inclinada y sin cornisas en la salida. Tan claro vemos el ascenso, que decidimos aplazar la parada y hacerla en el collado. La subida empieza bajando unos metros hasta el inicio de la pendiente nevada. Después viene el disfrute. El ambiente y el paisaje es sensacional. Nadie diría que nos encontramos a poco mas de 2300 metros de altura...

La subida es durilla. Los tramos de nieve helada se alternan con otros de reblandecida, donde nos hundimos mas de la cuenta. Intentamos “leer” la superficie y escoger las zonas mas compacta. Pero no siempre tenemos éxito. Nos cansamos y hemos de parar cada dos por tres. Poco a poco vamos ganando metros. La ladera se endereza y es mas larga de lo que creíamos. Pero no nos sabe mal. Disfrutamos, nos sentimos seguros y tenemos un moderado optimismo, mucho mayor que unas horas antes. Accedemos al collado por una canal rocosa donde los crampones rechinan al contacto con la roca. Encontramos un bonito y original cartel de hierro en el que se lee “Reserve nacional de faune ORLU”. Nos apalancamos en unas piedras, junto a otro cartel de madera que dice “Col de Laurentis, 2400 m environ”. Son las 12.10 h. Llegó la hora de descansar y llenar el estómago.

El collado forma una pequeña cubeta. Antes de comer vamos unos metros al SO, hasta el inicio de la cresta que va al pico de Baixoullade. Allí hay buenas vistas. Un horizonte salpicado de cimas difíciles de reconocer se abre ante nuestros ojos. Sólo hay una que resulta evidente, la Dent d'Orlu, un enorme y precioso colmillo rocoso que se recorta al norte contra un mar de nubes. Mas al oeste las montañas se amontonan y es difícil reconocerlas. Al otro lado del collado (E), una intrigante e inclinada ladera herbosa con algún pequeño nevero, sube hacia una pequeña pero recortada cresta, que suponemos se dirige hacia la cumbre del Roc Blanc (que desde aquí no es visible). Un marcado camino zigzaguea por esta ladera en busca de un hombro situado a su derecha (S). La subida no parece difícil ni complicada. Si no fuera por mis miedos, diría que tenemos la cima en el bolsillo. Pero guardo la euforia para mas adelante. No sea que aparezca el fantasma cuando menos lo esperemos.

Volvemos junto las mochilas y nos apalancamos para comer. El sol hace que el ambiente frío sea soportable. Media hora mas tarde guardamos los crampones y proseguimos la ascensión (12.50 h). Hasta la cima hay 150 m de desnivel. La senda es resbaladiza. Con tramos de barro y pequeñas chapas de hielo. Nuestro paso es cuidadoso y mas lento de lo habitual. Con todo, la fuerte pendiente del terreno hace que ganemos altura con rapidez. Pronto llegamos a un pequeño pero empinado nevero que hemos de cruzar horizontalmente. Hay huellas y puede pasarse sin crampones. Pero queda algo colgado e impone respeto...

A las 13.00 h alcanzamos el hombro que veíamos desde el collado (2475 m). La senda sigue flanqueando hacia la derecha, en busca de un nuevo collado situado mas arriba. En la primera parte de esta travesía debe cruzarse, en ligero descenso, una pala nevada menos pendiente pero mas larga y expuesta que el anterior. La nieve resbala. La superficie esta reblandecida y por debajo está dura. El típico paso donde la prudencia aconseja ponerse los crampones. Pero nos da pereza... Así que continuamos recto arriba por la ladera de hierba, en busca de la cresta. Después ya veremos…  

La pendiente, fuertísima, nos obliga a subir en zig-zag. Poco a poco la cresta se aproxima. En el altímetro del GPS los números suben rápidamente. 2500 m, 2520 m, 2530 m… Ya estamos bajo de la cresta. Un par de pasos de trepada y llegamos a la misma. Seguimos (S) en busca de la punta mas elevada. La trepada es fácil, divertida y algo aérea (sobre todo al norte, donde se abre una vertiente nevada, abrupta y vertiginosa que se desploma sobre el valle situado 500 metros mas abajo). Estamos eufóricos...

La lectura del GPS y una falsa perspectiva, nos hacen pensar que la cima es la punta que tenemos delante. Acelero el paso para alcanzarla. Cuando me yergo jadeante en lo alto de la misma veo que me he equivocado. Nos encontramos en la punta N-O del Roc Blanc. El altímetro marca  2547 m, cinco metros mas que los 2542 m que da el mapa. La verdadera cumbre esta a  unos cien metros de distancia, en una elevación rocosa cuya altura parece similar a la de donde nos encontramos. Una arista de bloques horizontal, mas o menos abrupta y en algunos tramos bastante aguda, se dirige hacia la misma. A la derecha y una treintena de metros por debajo, la senda de la vía normal sube suave y cómodamente hasta un colladito nevado situado al sur de la cumbre. No tenemos ganas de hacer cosas raras. Así que dejamos la cresta. Con cuidado descendemos en diagonal por una ladera de roca y hierba, y alcanzamos el camino. Poco después estamos en el colladito. La vista del lago de Laurentis es aérea y espectacular.

Giramos a la izquierda (N) y remontamos una corta pero empinada canal de nieve blanda. Sigue una breve trepada rocosa. De repente nos encontramos en un lugar donde no puede irse mas arriba, a no ser que  te subas en una estrecha roca cuya parte superior esta un metro mas arriba (algo que a Jaume le falta tiempo para hacer). Estamos en la cima del Roc Blanc. Son las 13.42 h. El altímetro dice que nos encontramos a 2547 m. No hay nada que señale la cumbre. Miro hacia el cielo y mentalmente saludo a un fantasma que no existe. Todos estamos contentos. Pero me parece que yo mas que nadie... Es una cima magnífica y su ascensión nos ha parecido bonita, divertida y poco difícil.

El paisaje es inmenso. Desgraciadamente reconocemos pocas cosas. El macizo de Madres, los montes de Nuria, Canigo, Dent d´Orlu, el impresionante cordal del Circ de Peirisses con el Pic d´Etang Faury y el Pic d´Esquina de l´Ase, Carlit, Puig Peric, Puig Pedrós de Lanós-Coma d´Or, son algunas de las montañas que identificamos. Nos llama la atención la cresta que une los cercanos picos de la Tribuna y Baixoullade  así como la que va de este último hasta el collado de Laurentis.

Tras permanecer un cuarto de hora en la cima iniciamos el retorno (13.55 h). Evitamos la canal de nieve blanda destrepando directamente hasta las inmediaciones del colladito. Continuamos por la senda. Flanqueamos unas bandas rocosas y llegamos a un marcado collado. Un par de lazadas y un nuevo flanqueo (cuya última parte atraviesa el nevero colgado que de subida no quisimos pasar) nos llevan al hombro. Sólo nos queda descender por la senda, pasar un par de pasos de nieve... Y volvemos a estar en el collado de Laurentis (14.20 h).

Nos calzamos los crampones e iniciamos el descenso de la pala por donde subimos. Los primeros pasos son algo extraños. Después cogemos confianza y vamos mejor. La nieve se ha reblandecido considerablemente. Hemos de vigilar donde ponemos los pies. La bajada es lenta, delicada y menos disfrutona de lo que fue la subida. Pero sigue siendo bella. A las 14.53 h llegamos al pie de la ladera. Unas decenas de metros mas abajo encontramos al grupo de franceses descansando en unas piedras. Tras saludarnos, empiezan a bajar al fondo del valle por las canales y laderas nevadas de la ruta de invierno. Dudamos entre seguirlos o ir por nuestra ruta de subida. A pesar de que nos atrae conocer una vía alternativa (y posiblemente mejor), juntarnos con los galos no nos hace ninguna ilusión. Además, pensamos que el paso de la canalita estará mucho mejor que esta mañana. Así que aplicamos el “mas vale malo conocido..” y volvemos por donde venimos.

La nieve no está tan blanda como pensábamos. En algun tramo nos hundimos. En muchos otros se agradece llevar los crampones. En el resalte de nieve las condiciones no han cambiado. Malo, malo… Unos minutos mas tarde llegamos a la temida canalita. La nieve está igual que esta mañana. Bien helada... Valoramos la posibilidad de sacar la cuerda y asegurar la bajada. Pero se nos ocurre algo mejor. Convertmos el paso en una práctica de descenso  por una pendiente de nieve dura con crampones y piolet. Bajamos de cara a la pared, cada uno por debajo y muy cerca de su mujer, sin prisas pero sin detenernos. Todo sale bien… Las dificultades han terminado, pero aún queda un buen trecho de excursión.

Continuamos con una nieve cada vez mas blanda. A cada dos por tres nos hundimos por encima de la rodilla, a veces mas. A trancas y barrancas, siempre con buen humor, vamos perdiendo metros hasta llegar a la pedrera de bloques. Al inicio de la misma nos detenemos para comer (15.40 h, 2000 m). Veinte minutos mas tarde reanudamos la marcha. El descenso del canchal es delicado al haber placas de hielo sobre las rocas y estar la nieve bastante dura. Cuando llegamos a la orilla del lago de Laurentis el sol desaparece tras las cresta del pico de la Baixoullade. Rodeamos el lado haciendo algún breve alto fotográfico. Sobre nuestras cabezas, muy arriba, el cono rocoso donde se encuentra la cima del Roc Blanc aún recibe los rayos de sol. Parece mentira que hayamos podido subir hasta allí sin grandes problemas… Mas abajo del lago, al final de los llanos herbosos que hay debajo del primer escalón, me detengo para mirar por última vez hacia nuestra montaña. Ya no me da miedo...

El resto del descenso sólo tiene un protagonista, el hielo del camino. Las variadas, y a veces algo arriesgadas maniobras, que hacemos para esquivarlo o pasar por encima del mismo, se saldan con un solo culetazo y varios sustos sin caída. Con todo, y teniendo en cuenta las circunstancias, vamos bastante rápidos. A las 17.30 h llegamos al coche.

Para mí esta excursión ha sido muy especial. Además de realizar una preciosa ascensión en un marco alpino de extraordinaria belleza (de los mas bonitos de los Pirineos), he conseguido vencer uno de mis miedos de toda la vida. No se cuando, ni como, pero estoy seguro que volveré al Roc Blanc. El fantasma de mi juventud ha quedado enterrado, espero que para siempre…

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")



EniEn- Enero 2007

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