Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

viernes, 18 de marzo de 2011

TODO UN CLASICO

El Taga es una de las montañas que hemos hecho mas veces. De las distintos itinerarios, uno de nuestros preferidos es el que sube a la cima directamente desde Ribes de Freser, después recorre la Serra de Sant Amand y bajar a Bruguera pasando por Saltor. Es un recorrido duro pero muy bonito que enlaza dos Cent Cims y te deja tan cansado como satisfecho. 

El relato adjunto es de Diciembre del 2007, la última vez que hicimos esta excursión. Han pasado mas de tres años. Pronto tocará volver...

TAGA Y SERRA DE SANT AMAND

Fecha
 Jueves, 6 de Diciembre del 2007
Asistentes
 Martí, Jordi, Amalia, Encarna y Enric
Zona
 Catalunya. Comarca del Ripollés
Inicio ruta
 Ribes de Fresser
 Bruguera
Final ruta
Recorrido
 Ribes de Freser- Cordal de la Serra de Conivella-Taga-Coll de Jou-Serra de Sant Amand-
Coll de Saltor-Les Portelletes-Bruguera
Noche
 No
Material
 Senderismo
Dificultad
Técnica
 No hay
Física
 Alta
Cota (m)
Mínima
 900 (Ribes de Freser)
Máxima
 2038 (Taga)
Desnivel (m)
Ascenso
 1350
Descenso
 1350
Distancia
 17.3 Km
Horario
Total
 8 h
Efectivo
 6h 10min
Climatología
 Buen tiempo
Cartografía
 "Taga",1:25000, Ed.Alpina,(2005-2006)
Valoración
 Excursión dura pero muy bonita, que enlaza dos Cent Cims. Muy recomendable
Comentarios
La hemos hecho varias veces, y volveremos... Mejor con dos coches, para evitarse al final
los 5 Km de carretera de Bruguera a Ribes de Freser.

RELATO

Jueves 6 de Diciembre. A eso de las 7.30 h nos encontramos en Ribas de Freser con Amalia, Jordi y Martí. Primero vamos a Bruguera donde dejamos un coche y volvemos con el otro a Ribes. Esta maniobra nos evitará 5 Km de carretera al final de la excursión. El día se presenta bueno y sin viento, pero algo frío. Tras desayunar tranquilamente en un bar empezamos a caminar desde el mismo pueblo (8.45 h, 900 m).

Tomamos la carretera de Bruguera. Pasada la calle que va a la zona deportiva encontramos, tras una curva a la izquierda, una pista cementada que sube a un grupo de masías. La seguimos. Tras dejar atrás las casas se convierte en un ancho camino de tierra que asciende en lazadas por la ladera boscosa de la vertiente NO de la montaña. Ganamos desnivel rápida y cómodamente, mientras hablamos de temas tan importantes y profundos como lo útil que sería que las personas tuvieran cola… Este primer tramo de la excursión finaliza a las 9.57 h en los prados donde empieza el cordal de la Serra Conivella (cartel indicador,1436 m). El sol aparece por la parte alta de la montaña y nos ilumina por primera vez.
Breve alto y proseguimos la marcha.La subida es larga pero agradecida. Un sendero poco marcado corre cercano al cercado que recorre la totalidad del cordal herbos. Sin prisas pero sin pausas superamos los sucesivas rampas de esta larga subida. El paisaje cada vez es mas amplio. A las 10.43 h llegamos al rellano situado al pie de la última subida (1715 m). Hacemos un pequeño alto para reagruparnos. Entonces vemos aparecer por la izquierda (N) un jabalí corriendo de forma desesperada. El animal cruza una gran canal herbosa y aparece a una cincuentena de metros de nosotros. Sin detenerse desaparece por la ladera situada de la derecha. Mas tarde comprenderemos el motivo de esta carrera, al aparecer por el mismo collado dos perros, que sin parar siguen el rastro del animal. 
La última parte de la ascensión empieza con una pala herbosa de fuerte inclinación y unos 200 m de altura. La subida es larga y pide un ritmo tranquilo, hacer lazadas y tener algo de paciencia. Lo mejor es detenerse con la excusa de hacer fotografías u observar las vistas de las montañas de Nuria, que desde el Puigmal al Balandrau, y ligeramente tapizadas de nieve, son un gran espectáculo. Dejamos atrás esta cuesta y alcanzamos el cordal cimero (11.10 h, 1915 m). Tras un tramo inicial casi horizontal, se convierte en un cresta mas estrecha y cortada a la derecha (S), que sube fuerte al principio. Finalmente alcanzamos la cresta final, que prácticamente horizontal nos lleva hasta el vértice geodésico que señala el punto mas alto de la montaña (11.35 h, 2038 h). Unos metros mas al oeste está la gran cruz del Taga. Por cierto, la pequeña cruz metálica que señalaba la cima del pequeño Taga, o cumbre NO (situada unos metros antes del poste geodésico) ha desaparecido, no sabemos por que motivo..
Hasta aquí nuestra excursión ha transcurrido en completa soledad. Pero ahora nos sobra compañía. Como acostumbra a ocurrir, la cumbre está atestada de gente (cuento 32 personas y 2 perros), y lo que queda por llegar... Hacemos un alto para comer sentados junto la cruz. En dirección SE el paisaje de perfiles superpuestos entre la neblina es tan espectacular como maravilloso. Y como colofón, la figura del Montseny emergiendo de un mar de nubes.Todo un gozo para la vista y el espíritu… También vemos el Coll de Jou y la Serra de Sant Amand, nuestro próximo objetivo. Desde aquí el collado parece cercano. Pero al ver los puntitos que se mueven por el  mismo recordamos que hay cuatrocientos metros de desnivel hasta el mismo. 
A las 12.10 h nos vamos para abajo. Seguimos por el cordal oriental hasta encontrar, poco antes de una horcada muy marcada, una senda que baja al sur. Al principio el camino es bastante inclinado. Pronto se suaviza para seguir sin pérdida posible por laderas herbosas. A las 12.37 h llegamos al Coll de Jou (1637 m). Hay muchos coches... Frente a nosotros (S) se alza la vertiente norte de la Serra de Sant Amand. Muy boscosa y en sombras, su aspecto frío y algo repelente no invita a subir. Pero la realidad es otra. Esta montaña es una pequeña joya que afortunadamente pasa desapercibida para mucha gente.
Desde el collado seguimos una valla que sube por un claro herboso situado en la base de la cara norte de la Serra de Sant Amand. El terreno, ahora en sombra, se inclina rápidamente. Dejamos el gentío para volver a la soledad. En los postes de madera hay marcas rojas. Mas arriba están en las piedras del prado y se dirigen a la derecha, hacia una entrada del bosque. Allí hay un camino que asciende en diagonal (O) por una ladera empinada y de gran belleza. Tras recorrer unos 500 metros, la senda sube recto, supera una zona rocosa y alcanza la meseta boscosa de la parte alta de la montaña. El extremo sur de la misma forma un balcón con una vista espectacular de los montes y valles del Ripollés (13.03 h, 1773 m) .
 
 
Las marcas de pintura, siempre numerosas, giran a la izquierda (E). La senda zigzaguea entre los árboles hasta un cordal cada vez mas estrecho, por donde subimos hasta que se hace prácticamente horizontal.  No hay visibilidad. La cima prácticamente no está marcada y las diferencia de altura del terreno hacen difícil determinar donde está el punto mas alto. No hay mas remedio que recurrir al altímetro del GPS. Gracias al mismo, y tras algunas idas y venidas, encontramos el techo de la Serra de Sant Amand, que esta señalizado por un amontonamiento de piedras escondido tras unos arbustos (13.20 h, 1851 m).
Permanecemos en la cumbre el tiempo justo de hacernos una fotografía. Después seguimos guiados por las marcas rojas. Estas van unos metros hacia el este hasta un pequeño collado. Después giran a la derecha, bajan un corto escalón rocoso y alcanzan un rellano entre árboles y arbustos. Unos metros al sur hay una zona despejada. En un extremo (S) de la misma hay un pequeño altar. Detrás del mismo un reborde rocoso sobre el que se alza una gran cruz metálica (La Creu de Sant Amand). El lugar recuerda la sala de una iglesia (me han ndicho que a veces se hace servir como tal). Vamos al pie de la enorme cruz. Es un lugar fantástico, con unas vistas fenomenales. A diferencia de la cumbre del Taga se disfruta de una deliciosa soledad (13.03 h, 1843 m). Después de 1300 metros de desnivel encontrar un sitio como este es un regalo. Parar es tan agradable como obligado y necesario.
La hora larga de parada pasa volando. Descansamos medio tumbados junto la cruz. Comemos, bebemos, bromeamos, disfrutamos del momento y del paisaje. Todos estamos contentos y satisfechos por la excursión. Dejando a un lado la cima del Taga y la bajada al Coll de Jou (donde encontramos demasiada gente) nos ha parecido maravillosa. También hablamos de lo que nos queda. A mi entender es la parte mas desconocida y hermosa del recorrido. Y no por el paisaje, que es normalito, sino por el trazado del camino y la soledad de los lugares por donde transcurre. A la pregunta de cuanto tardaremos Martí, tras estudiar el mapa, estima unas 2 horas, tal vez menos. No no se equivoca…
A las 14.08 abandonamos la Creu de Sant Amand e iniciamos el descenso hacia las casas y la ermita de Saltor, situadas al SO de la montaña. El camino, siempre señalizado por las ahora menos omnipresentes marcas rojas, desciende en diagonal por la ladera abrupta y boscosa de la vertiente sur de la sierra. En su primera mitad pendiente y obligado, con algunos tramos rocoso o cubiertos de hojarasca donde es fácil resbalar. Los bastones son de gran ayuda... Mas allá del Faig Gros (una enorme haya milenaria de la que solo queda la parte inferior del tronco) el camino se suaviza y hace mas fácil. 
Bajamos mas en diagonal, acercándonos rápidamente a las casas de Saltor. Poco antes de llegar a las mismas la senda se bifurca. Seguimos por el ramal superior. Sin apenas desnivel, se dirige al collado de Coronas o de Saltor, situado al oeste y unas decenas de metros por encima de las casas. La senda finaliza en una pista que baja a Saltor, unos metros antes del collado que alcanzamos enseguida(14.48 h , 1405 m). Un bonito perro de color negro y blanco sale de las casas y nos vigila con atención. Me recuerda a Ton, en cuya compañía Encarna y yo hicimos esta misma ruta hace cinco años. Me parece verlo corriendo alrededor del poste señalizador, y no puedo evitar que se me humedezcan los ojos.
Desde el collado seguimos unos pocos metros por la pista que baja al oeste. Poco después la dejamos para tomar una senda estrecha que sale a la derecha (hito). Esta atraviesa en suave descenso una ladera emponada, a veces boscosa, a veces despejada, muy elevada sobre el fondo del valle. Tras diez minutos de rápida travesía llegamos al cordal de Les Portelletes, que cruzamos por un paso rocoso y estrecho. El descenso por la vertiente opuesta es tan empinado como vertiginoso. Después de un tramo inicial de travesía por encima de unos cortados, la senda se desploma en lazadas por una ladera boscosa. Las hayas, ahora desnudas, tapizan el piso de hojarasca, que en algún tramo nos llega hasta la rodilla.
Llegados al fondo del valle el camino cambia de vertiente y llanea rodeando un nuevo saliente de la montaña. Después finaliza en una pista (15.20 h, 1272 m). Continuamos por la misma hasta alcanzar el cordal tras el que se encuentra el valle que alberga el pueblo de Bruguera. Allí tomamos un camino que baja por el bosque hasta un conjunto de casas situado al sur del pueblo. Después sólo hemos de seguir 200 metros por una nueva pista en dirección al pueblo, hasta encontrar el coche (15.45 h, 1145 m). Desde la Creu de Sant Amand hemos tardado 1h y 37 minutos. Las optimistas previsiones de Martí han sido superadas con creces.
Media hora mas tarde los cinco estamos en un bar de Ribes tomando un refresco como despedida y celebración de la excursión. Un recorrido que considero todo un clásico a pesar de que se haga poco. Y que siga así...
EniEn - Diciembre 2007

1 comentario:

  1. holaaa

    ostres... 3 anys ja?
    com pasa el temps

    la zona se sant amant es preciosa, haurem de tornar hi

    v'sss

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